En México, se ha descubierto una perturbadora práctica utilizada por el narcotráfico para deshacerse de los cuerpos de sus víctimas. Se reveló que los cárteles utilizan ladrilleras en los Altos de Jalisco para incinerar los cuerpos, dejando prácticamente sin rastro alguno.
El descubrimiento de esta macabra operación fue posible gracias a los esfuerzos del Colectivo Luz de Esperanza, un grupo de personas que se dedica a buscar a desaparecidos y a trabajar en la prevención de la violencia. A través de su labor, lograron identificar las ladrilleras como sitios de incineración de cuerpos.
Uno de los factores que posibilita esta práctica es la falta de regulación y control en las ladrilleras. Estos lugares no cuentan con una supervisión adecuada ni con medidas de seguridad, lo que permite a los narcotraficantes aprovecharlos para llevar a cabo sus actos criminales. Además, la ubicación remota de estas ladrilleras en los Altos de Jalisco dificulta aún más su detección.
La situación es alarmante, ya que no se trata solo de un problema localizado en una región específica del país. Se estima que el narcotráfico utiliza este método en diferentes zonas de México, lo que evidencia una grave violación a los derechos humanos. Es imperativo que las autoridades incrementen la vigilancia y tomen medidas contundentes para poner fin a esta impunidad.
El descubrimiento de las ladrilleras como lugares de incineración de cuerpos es un recordatorio desgarrador de la violencia que enfrenta México y la urgente necesidad de abordar este problema de manera integral. Organizaciones como el Colectivo Luz de Esperanza están haciendo todo lo posible para luchar contra esta cruel realidad, pero es responsabilidad de todos como sociedad unirnos y exigir un cambio real.
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