En la actualidad, es común pensar que vivimos en una sociedad en la que la inclusión, la diversidad y la igualdad están a la orden del día, sin embargo, la realidad es muy diferente. En México, una de las industrias que ha sido señalada por sus prácticas racistas es la cinematográfica. El blanqueamiento de piel y la estereotipación de personajes son prácticas recurrentes que limitan la representación de la población afrodescendiente e indígena en las historias que se cuentan en la pantalla grande.
Las consecuencias de estas prácticas son diversas, pero principalmente limitan la participación de los actores y actrices de diferentes etnias en la industria, ya que muchos de los roles principales son ofrecidos a actores y actrices con piel blanca. Además, se refuerzan estereotipos racistas que se traducen en discriminación hacia las personas de diferentes orígenes étnicos.
Otro problema que ha sido identificado en la industria es el brownface, una técnica en la que actores o actrices blancos se maquillan para dar la apariencia de ser una persona de color. Esta práctica no solo es ofensiva para las personas afectadas, sino que también reduce la diversidad de los actores y actrices que participan en el cine mexicano.
Es importante reconocer que estos problemas no son exclusivos de México, sino que están presentes en la mayoría de las industrias audiovisuales a nivel mundial. Sin embargo, es crucial que se tomen medidas para cambiar la narrativa e incluir a las personas de diferentes orígenes y apariencias en las historias que se cuentan.
Los expertos señalan que es necesario un cambio de actitud en la industria cinematográfica para que se tomen en cuenta las demandas de inclusión y representación de las minorías étnicas. Las plataformas de streaming como Netflix han comenzado a cambiar su estrategia de casting y producción para incluir a actores de diferentes etnias y orígenes, dándoles la oportunidad de contar sus historias de una manera auténtica y representativa.
En conclusión, es importante resaltar que la industria audiovisual mexicana debe hacer un cambio radical en sus prácticas para que se promueva la diversidad e inclusión. La industria tiene un gran poder para cambiar la percepción de las minorías étnicas en la sociedad y es su responsabilidad hacerlo de manera adecuada y auténtica. Es necesario reconocer que la raíz del problema es la falta de representación y sólo se podrá solucionar con la inclusión de actores y actrices de diferentes etnias en roles principales.
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