En Nicaragua, se ha generado una controversia por la decisión del régimen de Ortega y Murillo de congelar las cuentas bancarias de la Iglesia Católica del país. La medida ha sido duramente criticada tanto a nivel nacional como internacional, ya que representa un ataque directo a la libertad religiosa y a la labor social que la iglesia desempeña en Nicaragua.
A pesar de las protestas y manifestaciones que se han dado en contra de esta acción, el gobierno ha defendido su decisión argumentando que la iglesia ha sido cómplice de los actos violentos y desestabilizadores que se han dado en el país en los últimos años. Sin embargo, estas acusaciones no han sido comprobadas y parecen más bien una excusa para justificar la persecución a la iglesia.
La Iglesia Católica de Nicaragua ha sido históricamente un actor muy importante en la vida social y política del país, y ha desempeñado un rol fundamental en la defensa de los derechos humanos y la promoción de la justicia social. Por esta razón, su ataque por parte del gobierno de Ortega y Murillo es un golpe a la democracia y a la libertad, y debe ser condenado por toda la sociedad nicaragüense.
Ante esta situación, es necesario que la comunidad internacional se pronuncie en defensa de la libertad religiosa y de la labor que la Iglesia Católica desempeña en Nicaragua. Asimismo, es importante que la sociedad civil y los diferentes actores políticos del país se unan para proteger a la iglesia y denunciar cualquier acto de persecución en su contra. Solo así se podrá asegurar el respeto a los derechos humanos y a la democracia en Nicaragua.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial.