Decenas de refugiados rohinyás han demandado a Meta, la empresa anteriormente conocida como Facebook, por promoción del discurso de odio. Los demandantes exigen en tribunales de Estados Unidos y el Reino Unido una compensación de 150.000 millones de dólares (133.000 millones de euros). Al considerar que la compañía no actuó para frenar la difusión por el algoritmo de la plataforma de Mark Zuckerberg en Myanmar (la antigua Birmania) de comentarios que contribuyeron a su persecución. En 2017, el Ejército de Myanmar lanzó una campaña de persecución y violencia contra los rohinyás, de religión musulmana, que la ONU calificó de “intento de genocidio”.
La red social sirvió para impulsar y diseminar el odio
Una serie de comentarios que se acercaban al discurso de odio. Incitaban a la violencia o desinformaban sobre este pueblo, perseguido y marginado desde hace décadas. En ellos, los rohinyás y otros musulmanes eran calificados de perros, parásitos y violadores. Se sugería que sirviesen para alimentar a los cerdos o se llamaba a su exterminio.
El texto de la demanda coincide con las denuncias públicas que ha hecho en medio mundo Frances Haugen. Una exempleada de la tecnológica que lleva meses desvelando cómo la empresa estadounidense toleraba contenido violento que servía de combustible en países con conflictos. “Los ejecutivos de Facebook eran plenamente conscientes de que las publicaciones del Gobierno de Myanmar contra la minoría musulmana de los rohinyás se estaban propagando ampliamente”, señala el texto de la demanda, que indica que la cúpula de la red social sabía desde hace mucho cómo los refugiados eran objetivo de la violencia.
La admonición de culpa
Parte de esta admisión de culpa llegó en 2018. Cuando Zuckerberg y Sheryl Sandberg, la ejecutiva encargada de la operación de Facebook. Admitieron que la red social pudo haber hecho más para impedir lo que la Organización de Naciones Unidas llamaba ya una “catástrofe de derechos humanos”. En noviembre de ese año, Facebook publicó un mea culpa afirmando que su plataforma había sido utilizada para “fomentar las divisiones e incitar la violencia en el mundo real”.
Los demandantes creen que esta acción llegó demasiado tarde. “A pesar del reconocimiento de culpabilidad… no ha pagado ni un centavo de compensación ni otra forma de reparación o apoyo a ningún superviviente”. Afirma la abogada McCue Jury en una carta enviada a la sede de Facebook en Londres. Los abogados estadounidenses consideran que, a pesar de los esfuerzos de Meta, la desinformación continúa hasta el día de hoy en el país, víctima de un golpe militar en febrero pasado. La junta militar inició un proceso penal en contra de Aung San Suu Kyi, la exlíder de la nación asiática y Nobel de la paz de 1991. Que ha sido condenada a dos años de prisión esta semana.
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