Al reconocer que sólo existe una China en el mundo, el gobierno de Honduras rompió relaciones diplomáticas con Taiwán, durante un acto oficial en la que el ministro de Exteriores del país centroamericano, Eduardo Reina, y su homólogo chino, Qin Gang, han firmado un comunicado conjunto.
El giro no es ninguna novedad sino la constatación de una inexorable trayectoria diplomática. La isla autogobernada, que Pekín reclama como parte inalienable de su territorio y a la que Estados Unidos da apoyo militar, ha perdido nueve aliados diplomáticos desde 2016, cuando la actual presidenta Tsai ing-Wen llegó al poder al frente del Partido Progresista Democrático, de corte soberanista.
Este cambio en la política exterior de Honduras representa un gran triunfo para China, ya que es el último país de América Central que aún mantenía relaciones diplomáticas con Taiwán. A partir de ahora, Taiwán solo tendrá relaciones con 13 países en todo el mundo, incluidos Paraguay, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
El presidente Hernández justificó la decisión de cambiar de aliado en base a la necesidad de fortalecer las relaciones comerciales y de inversión con China, la segunda economía más grande del mundo. También afirmó que el nuevo acuerdo permitirá a Honduras acceder a fondos de ayuda y programas de desarrollo ofrecidos por el gigante asiático.
Sin embargo, la decisión no ha sido bien recibida por todos los hondureños, especialmente aquellos que tienen preocupaciones sobre los derechos humanos en China. Los defensores de los derechos humanos y la oposición política en Honduras han criticado la medida y han expresado su preocupación por la posible influencia que China pueda ejercer en el país centroamericano.
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