Este lunes fueron atacados dos aeródromos militares rusos situados a cientos de kilómetros de Ucrania, una de ellas ha dejado al menos tres muertos y seis heridos.
Varios medios locales especulan que podría tratarse de un ataque, porque apuntan a que al menos un dron estalló en una de las instalaciones, donde hay desplegados bombarderos estratégicos de las fuerzas aéreas rusas. Las autoridades no han desmentido los hechos e investigan qué ha sucedido.
Un asesor del presidente ucranio, Mijailo Podoliak, ha insinuado que podría haber sido una operación especial de Kiev. “La Tierra es redonda, descubrimiento de Galileo. En el Kremlin no han estudiado astronomía y han dado preferencia a los astrólogos. Si hubiera sido así, lo sabrían: si algo se lanza al espacio aéreo de otros países, tarde o temprano unos objetos volantes desconocidos volverán al punto de partida”, escribió en su cuenta de Twitter el consejero.
El gobernador de la región de Sarátov, Román Busarguín, ha informado a sus ciudadanos a través de Telegram de que las explosiones no afectaron a ningún edificio civil: “Quiero asegurarles que no se ha producido ninguna emergencia en zonas residenciales de la ciudad. No hay motivos para preocuparse. Ninguna infraestructura civil resultó dañada. Los organismos encargados de hacer cumplir la ley verifican la información sobre los incidentes en instalaciones militares”.
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