Este miércoles Rusia ataca con una docena de drones por la mañana. Hasta el momento son 13 drones de fabricación iraní que han sido derribados por las defensas antiaéreas de Ucrania en diferentes puntos de la región, según fuentes del ministerio del Interior. No hay víctimas, pero se han producido daños en un edificio oficial y en varios residenciales, según esa misma fuente. El ataque se ha llevado a cabo con los mismos drones empleados ya anteriormente en numerosas ocasiones por Rusia en territorio ucranio desde el comienzo de la invasión a gran escala el pasado 24 de febrero. Son aparatos suicida porque van cargados de explosivos y se dirigen directamente a golpear su objetivo pero, al mismo tiempo, son más fáciles de detectar y derribar que los misiles.
El último ataque perpetrado por Rusia
Como escenario de el ataque fue la provincia de Odesa el sábado. Hasta millón y medio de personas se quedaron allí sin suministro eléctrico y, lo que es peor, las autoridades reconocen que no van a ser capaces de reparar los daños a corto plazo. Hablan incluso de varios meses.
Los drones iraníes tienen un alcance de hasta 2.000 kilómetros y son un arma mucho más barata que los misiles, aunque, al mismo tiempo, mucho menos precisa y letal. No alcanzan una velocidad superior a los 180 kilómetros por hora y el ruido que hace su motor alerta de su presencia en el cielo antes de alcanzar su objetivo. Por eso, los Shahed -bautizados así porque esa palabra en farsi tomada del árabe significa mártir- son más fáciles de detectar y derribar por las defensas antiaéreas de Ucrania que otros artefactos empleados por Rusia. Moscú habría adquirido ya unos 2.400 aparatos no tripulados a Teherán, según fuentes de los servicios secretos de Kiev.
Una de las exigencias permanente del Gobierno que preside Volodímir Zelenski a sus aliados es que necesitan reforzar su capacidad antiaérea para que estos ataques masivos causen menos daños y víctimas, lo que, según Kiev, mermaría de manera importante la capacidad de ataque rusa, pues el coste de los misiles es considerable.
El ataque tiene lugar en un momento en el que las infraestructuras energéticas del país viven un momento crítico desde que, a partir del mes de octubre, Rusia puso en marcha la estrategia mediante misiles y drones de intentar castigar a la población, dejándola sin suministro de luz, agua y gas. Hasta el momento ha sido cerca de una decena de ataques masivos en todo país. El de este miércoles sobre la capital recuerda al que ya tuvo lugar también con aviones no tripulados de fabricación iraní en la mañana del 17 de octubre.
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