Desde tiempos preincas, la cultura peruana ha sido rica en conocimientos sobre plantas con propiedades psicoactivas y su uso ritual. Un reciente artículo publicado en Columna Digital revela algunos detalles sobre cómo las rutas comerciales de drogas se estructuraron en la época preincaica y cómo la ayahuasca se utilizaba para comunicarse con los dioses y explorar mundos más allá de lo visible.
Los antiguos peruanos tenían una gran variedad de plantas que utilizaban en ceremonias religiosas y rituales mágicos. La ayahuasca era una de ellas, y su uso se centraba en establecer una conexión espiritual con el mundo sobrenatural y en visiones proféticas. Conocida como la “liana del alma”, sus efectos psicoactivos perduran hasta el día de hoy y ha sido objeto de estudios científicos recientes.
El comercio de plantas medicinales y psicoactivas en el antiguo Perú era una actividad importante, y se hacía a través de rutas comerciales que abarcaban toda la región. Incluso las hojas de coca eran utilizadas como moneda y se intercambiaban con otros bienes de valor. Estas plantas llegaron a tener un valor cultural muy grande y su uso se extendió a toda la sociedad.
Aunque la penetración europea eliminó muchas de estas prácticas y tradiciones, la cultura y la sabiduría de los antiguos peruanos perduran y son objetos de estudio e investigación en la actualidad. La preservación de estos legados culturales es esencial para comprender la historia de la humanidad y sus logros más grandes.
En resumen, el conocimiento y uso de plantas psicoactivas en la cultura preincaica fue una práctica valorada y extendida, y sus efectos tienen aún impactos significativos en la sociedad de hoy. El comercio de estas plantas fue una práctica que ayudó a estructurar importantes rutas comerciales entre diferentes regiones del Perú. Su preservación es vital para la comprensión de la historia y el patrimonio cultural de la región.
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