El Gobierno de Serbia se coloca en estado de alerta reforzada el lunes (26.12.2022) por la noche ante las tensiones recientes en el vecino Kosovo, donde hubo disparos, explosiones y cortes de carreteras.
En plena crisis, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, dijo que tomará “todas las medidas para proteger a nuestro pueblo”, mientras medios de comunicación en Serbia anticipan que el gobierno kosovar está preparando un ataque contra zonas de etnia serbia en su territorio.
La problemática por unas placas
Una disputa por las patentes de los autos pueda generar una crisis que termine con las tropas de un país en alerta, pero la situación entre estos territorios nunca ha sido sencilla.
Entonces, cuando el gobierno kosovar quiso obligar a los habitantes de las zonas de mayoría serbia en su territorio a cambiar las matrículas serbias por las kosovares, el antiguo conflicto revivió.
Es importante recordar que de los 1,8 millones de habitantes de Kosovo, el 92% son albaneses y solo el 6% serbios (el resto son bosnios, goranos, turcos y romaníes). Entre ese 6%, unos 50.000 habitantes de estas zonas de mayoría serbia se niegan a utilizar matrículas kosovares porque no reconocen la independencia de Kosovo. Otros países sí lo han reconocido como país independiente.
Kosovo, de abrumadora mayoría albanesa, se separó de Serbia tras una guerra en 1998-1999. Pero muchos serbios, tanto fuera como dentro de este territorio, consideran a Kosovo como la cuna de la nación serbia.
El gobierno kosovar quería que aquellos en áreas de mayoría serbia étnica cambiaran sus placas de matrícula de automóviles emitidas por Serbia por otras emitidas por Kosovo.
Este verano, los serbios de la región septentrional de Kosovo, fronteriza con Serbia, levantaron incluso barricadas en las carreteras y, al parecer, algunos hombres dispararon en señal de protesta. El gobierno de Kosovo se vio obligado a aplazar la aplicación de las nuevas normas, pero la tensión no cedió.
Unos 600 miembros de etnia serbia dimitieron de la policía de Kosovo en noviembre por los planes de sustituir las matrículas serbias por matrículas locales.
La UE tuvo que negociar un difícil acuerdo: Kosovo renunció a imponer multas a los que no cambien sus placas y Serbia aceptó dejar de emitir registros con las iniciales de las ciudades de Kosovo.
El origen del conflicto
Kosovo es un pequeño país sin salida al mar de los Balcanes, fronterizo con Albania, Macedonia del Norte, Montenegro y Serbia. Pero su historia como nación independiente es muy reciente, antes perteneció a Serbia y antes de eso a Yugoslavia.
Tras la desintegración de la antigua Yugoslavia en la década de 1990, Kosovo buscó su propia autonomía, pero Serbia respondió con una fuerte represión contra los albaneses étnicos que buscaban la independencia.
Esto terminó con una campaña de bombardeos de la Alianza del Atlántico Norte (OTAN) contra Serbia, entre marzo y junio de 1999.
Las fuerzas serbias se retiraron de Kosovo, pero para muchos albanokosovares y serbios, el conflicto nunca se ha resuelto.
La OTAN dejó una base en Kosovo que actualmente cuenta con 3.762 efectivos.
En 2008, Kosovo declaró unilateralmente su independencia, reconocida por 99 de los 193 países de las Naciones Unidas (ONU), entre ellos, Estados Unidos, Reino Unido y 22 de los 27 miembros de la UE.
Pero Rusia y China, que no la reconocen, han bloqueado el ingreso de Kosovo en la ONU.
Ni Kosovo ni Serbia están en la UE. Serbia es país candidato desde 2012 y Kosovo ha indicado que le gustaría presentar su candidatura a finales de 2022.
El presidente serbio ha prometido que Serbia nunca reconocerá a Kosovo como país independiente.
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