Entre el catálogo extraordinario de creaciones de Sergio Hernández, uno de los artistas más importantes de Latinoamérica, hay un animal que sobresale entre los demás: el oso hormiguero.
El oso hormiguero ocupa precisamente un sitio destacado en Rescoldos de Oaxaca, la más reciente exposición de Hernández. La obra está en el centro de la muestra que abrió sus puertas recientemente en el Museo de Arte de San Diego y que hace un recorrido por las más de cuatro décadas de trayectoria del artista. El tamandúa mexicana, la especie que Hernández retrata a gran volumen, está hecho con pigmentos y arenas. Es una obra de agradecimiento al que considera su nahual, el espíritu protector de las sociedades prehispánicas mesoamericanas. “Es mi tona protectora [un concepto similar al tótem] en el tránsito por este inframundo que es a veces el siglo XXI”, dice Hernández. A cambio de la protección, el pintor lo vistió con “azul mineral” y “verde barita”, dos colores que cree que el mamífero tiene entre sus favoritos.
El hechizo del nahual ha sido favorable para Hernández, quien a sus 65 años ha vivido varias vidas. El animal también es un rescoldo de los cuentos con los que su abuela endulzaba una dura infancia en su natal Santa María Xochistlapilco, una región ubicada en la sierra mixteca de Oaxaca, al noroeste del Estado. “Es una brasa viva de su cocina en mi memoria”, añade. El oso hormiguero, añade, acude a su llamado cuando lo invoca y lo acompaña siempre.
Abierta hasta el 12 de febrero de 2023, Rescoldos de Oaxaca es muestra de la buena fortuna que le ha provisto su espíritu protector. La exposición es la primera de Hernández en solitario en un museo estadounidense. El hito sorprende cuando se habla de uno de los exponentes pictóricos más reconocidos de México, egresado de la prestigiosa escuela La Esmeralda y cuyas primeras obras fueron seleccionadas al Salón de Artes Plásticas de Bellas Artes por primera vez en 1977. En 1984 integró la primera Bienal de La Habana.
Las 33 obras que conforman Rescoldos de Oaxaca son un breve resumen de 40 años. Están las obras más características de Hernández, lienzos de grandes proporciones de color azufre, cinabrio y lapizlázuli, como el utilizado por Fra Angelico durante el Renacimiento. Estos son los que dan la bienvenida a los visitantes. También hay pinturas especialmente realizadas para esta muestra. Entre estas se encuentran cinco óleos recubiertos con hoja de oro, sobre los que está dibujada la fauna mágica del artista. Es la primera vez que Hernández usa este elemento en su arte.
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