Diego Cocca no pudo superar la carga dejada por Gerardo Martino. La anotación del Cruzazulino Uriel Antuna no oculto el pobre rendimiento del equipo tricolor.
El gol del “Brujo” se debió a un error de los Estados Unidos, pero se mantuvo por mucho tiempo. Los jugadores nacionales celebraron el triunfo, pero en los últimos minutos del partido Jesús Ferreira logró el empate 1-1 en el State Farm Stadium.
Los aficionados mexicanos expresaron su descontento en las gradas y volvieron a gritar la palabra prohibida. La US Soccer está vigilando a México, y si el grito se reporta, podría tener consecuencias en los próximos juegos.
Diego Cocca y Antonhy Hudson solo ofrecieron declaraciones antes del partido, hablando de un clásico de Concacaf intenso y emocionante. Sin embargo, los jugadores en el campo jugaron a medio gas, especialmente los estadounidenses, como si solo quisieran cumplir un compromiso comercial. Los momentos más emocionantes del partido se produjeron en los minutos finales, con tarjetas amarillas y empujones incluidos.
El primer tiempo fue aburrido. Los tiros a la portería fueron muy escasos. México aún no tiene un estilo de juego definido y no resulta divertido ni emocionante para los espectadores. Julián Araujo, Luis Chávez y Erick Sánchez fueron los que más intentaron animar el partido.
Pero la emoción llegó después, con los 60.000 aficionados que llenaron Glendale esperando un buen espectáculo. En primer lugar, los mexicanos celebraron el gol de Uriel Antuna, quien definió a un costado de Sean Johnson tras robarle el balón a Aaron Long.
Estados Unidos reaccionó, jugando con más corazón y logró el empate en los últimos minutos del partido gracias a Jesús Ferreira, quien aprovechó una mala comunicación en la defensa azteca. Carlos Acevedo vio desilusionado cómo entró el balón.
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