No habrá libertad para Sirhan Sirhan. Gavin Newsom, el gobernador de California, tenía la última palabra sobre el futuro del hombre que mató una noche de junio de 1968 al senador Robert Kennedy. La junta de libertad del Estado había recomendado su salida de prisión en agosto pasado. Pero Newsom ha dicho este jueves que no será así. “Después de décadas en prisión, ha fallado en lidiar con las deficiencias que lo llevaron a asesinar al senador Kennedy… El señor Sirhan carece de la perspicacia que le impediría volver a tomar las mismas peligrosas decisiones del pasado”, argumentó Newsom en su negativa.
Este era un dilema que el gobernador de California sopesó durante casi cinco meses. En sus manos tenía la resolución de lo que hoy ha llamado “uno de los crímenes más notorios de la historia de Estados Unidos”. Él mismo, una estrella del Partido Demócrata, ha dicho públicamente que sigue no solo la estela de la familia Kennedy, sino especialmente la del legislador cuya vida terminó en el hotel Ambassador después de un mitin donde festejaba su triunfo en las primarias rumbo a la nominación presidencial. En su oficina, sobre su escritorio, Newsom tiene una fotografía de Bobby Kennedy junto con su padre, el juez William Newson. Era difícil que diera el brazo a torcer.
La negativa cierra de momento un nuevo capítulo en la historia de Sirhan Sirhan, un inmigrante palestino de 77 años que se encuentra encarcelado al sur de California, en una prisión de San Diego. En agosto, el hombre, que tenía 24 años cuando perpetró el crimen, asumió en una videoconferencia con los responsables del sistema carcelario “la responsabilidad” de llevar el revólver calibre .22 al hotel de la calle Wilshire y de haberlo descargado en contra del hermano menor del presidente John F. Kennedy, quien había sido asesinado en Dallas casi cinco años antes.
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