La interconectividad de las cadenas de suministro entre México y Estados Unidos se posiciona como un elemento esencial para la revisión próxima del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Joao Carapeto, presidente de la Asociación Mexicana de Industrias Innovadoras de Dispositivos Médicos (AMID), enfatiza la importancia de demostrar cómo ambas economías dependen mutuamente, algo que debe ser aprovechado para potenciar el desarrollo de inversiones.
Durante una reciente conferencia, Carapeto destacó que el 90% de las exportaciones mexicanas de dispositivos médicos —cuyo valor ascendería a 15,000 millones de dólares anuales— se dirigen a Estados Unidos. A su vez, el 60% de las importaciones del sector provienen del mercado estadounidense, subrayando así la profunda interdependencia que existe entre los dos países. Esta conexión es relevante, ya que complica la evaluación del contenido nacional en los productos, dado que los componentes suelen cruzar la frontera en varias ocasiones antes de convertirse en productos finales.
El presidente de la AMID, quien acaba de ser elegido para el periodo 2025-2027, hizo un llamado a que esta interconexión se reconozca durante la revisión del tratado comercial. La estrategia propuesta busca no solo fortalecer las cadenas de suministro, sino también asegurar que México y Estados Unidos compitan juntos en el ámbito global frente a otros bloques económicos.
La revisión del T-MEC, inicialmente prevista para julio de 2026, puede adelantarse a este segundo semestre del año bajo la presión de aranceles aplicados por Estados Unidos, según el secretario de Economía, Marcelo Ebrard. Con esto en mente, Carapeto ha indicado que la industria de dispositivos médicos ya está colaborando con la Secretaría de Economía para definir su participación en las futuras mesas de diálogo.
En el contexto actual, donde la guerra de aranceles podría resultar en un “perder-perder” para ambos países, es relevante señalar que desde el 4 de marzo de 2025, se implementa un arancel del 25% a productos que no cumplen con las reglas de origen del T-MEC; no obstante, el impacto en la industria de dispositivos médicos ha sido contenido gracias a continuas negociaciones.
La AMID también contempla oportunidades para diversificar sus mercados hacia la Unión Europea y América Latina, que actualmente solo representan menos del 10% de sus exportaciones. En este sentido, México posee numerosos acuerdos comerciales que podrían facilitar la expansión de las exportaciones de dispositivos médicos a estos mercados.
Por último, Carapeto señaló el compromiso de la AMID por fortalecer su colaboración con el gobierno federal a través del Plan México, que pone en valor a los dispositivos médicos como un sector crucial para el crecimiento económico y la salud pública, generando más de 130,000 empleos directos y alcanzando una producción anual de 15,000 millones de dólares en más de 90 especialidades clínicas.
Es de esperar que con el avance en estas negociaciones y la importancia creciente del sector, se logren acuerdos que favorezcan a ambas economías y fortalezcan su competitividad en el escenario internacional.
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