En la Ciudad de México, un evento inusual ha capturado la atención del público y las autoridades: la segunda “Mega Rodada del Terror”, una concentración masiva de motociclistas que busca visibilizar la preocupación en torno a la seguridad vial y la percepción de riesgo que enfrenta este grupo en las calles de la metrópoli. La cita reunió a miles de participantes, quienes se dieron cita en momentos de intenso tráfico y condiciones a menudo desafiantes para los motociclistas.
Los organizadores hicieron un llamado a todos los amantes de las motocicletas a unirse en esta manifestación pacífica, que no solo buscaba el disfrute de la cultura biker, sino también abogar por un entorno más seguro para los motociclistas. La convocatoria se intensificó a través de las redes sociales, donde los usuarios compartieron información y fotos de la primera edición, celebrada previamente en un ambiente de camaradería y reivindicación.
A pesar de la naturaleza festiva del evento, la urgencia en la demanda de mejores condiciones de seguridad no pasó desapercibida. Muchos motociclistas expresaron su preocupación sobre los accidentes viales, así como la indisciplina de algunos automovilistas que suele poner en riesgo a quienes se desplazan en dos ruedas. Durante la rodada, se generó una atmósfera de camaradería, pero también de protesta, donde se alzaron voces pidiendo mayor atención a las necesidades de este sector.
La respuesta de las autoridades también fue un tema relevante durante el evento. Mientras se escuchaban consigas que ríndecían homenaje a la cultura motociclista, se produjo una reflexión colectiva sobre la forma en que las políticas de movilidad urbana han impactado a los motociclistas. Muchos participantes exigieron que se implementen medidas para garantizar su protección, así como la creación de más espacios seguros en las vías de la ciudad.
La Mega Rodada del Terror es un claro ejemplo de cómo la comunidad puede unirse para manifestar sus necesidades y preocupaciones. Este tipo de iniciativas no solo fomentan la unión y el conocimiento entre motociclistas, sino que también generan un diálogo necesario entre los diferentes actores de la movilidad en la ciudad. Con la esperanza de mejorar su situación, los participantes continúan montando, dispuestos a recorrer no solo las calles de la capital, sino también a avanzar en su firme propósito de ser escuchados.
Con una multitud de motociclistas en las calles, la Mega Rodada del Terror se erige como un recordatorio de que la pasión por la motocicleta va más allá de un mero pasatiempo; se trata de un movimiento que busca justicia y respeto en el espacio público.
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