Según un estudio reciente, el trabajo no remunerado, como las labores domésticas y el cuidado de personas, representa una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) de un país. Esta cifra refleja la importancia y el impacto significativo que tienen estas actividades en la economía y la sociedad en general.
El análisis también destaca que el trabajo no remunerado es llevado a cabo principalmente por mujeres, lo que pone de manifiesto la persistencia de desigualdades de género en el hogar y en el mercado laboral. A pesar de los avances en la igualdad de género, todavía queda mucho por hacer para valorar y reconocer de manera justa el trabajo realizado por las mujeres en el ámbito doméstico.
Además, el estudio señala que el trabajo no remunerado no solo tiene un impacto económico, sino que también influye en la calidad de vida de las personas que lo realizan. El tiempo dedicado a estas actividades impide a muchas personas participar en el mercado laboral de manera más activa y la falta de reconocimiento social puede llevar a sentimientos de invisibilidad y falta de valoración.
En resumen, el trabajo no remunerado representa una pieza fundamental en la economía de un país y en la vida diaria de las personas, especialmente de las mujeres. Es necesario tomar medidas que permitan valorar y redistribuir de manera más equitativa estas labores para lograr una sociedad más justa y equitativa para todos sus miembros.
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