América Latina y el Caribe están en medio de una transformación económica sin precedentes. Con más del 99% del tejido empresarial compuesto por pequeñas y medianas empresas (pymes), estas generan alrededor del 60% del empleo en la región. Un factor clave en su evolución ha sido la digitalización de los pagos, que les permite operar con mayor eficiencia, expandir su alcance a nuevos mercados y ser más resilientes.
Hoy en día, las pymes utilizan diversas plataformas de pago digital, incluyendo tarjetas, para gestionar una variedad de gastos relacionados con el negocio. Según datos recientes de Visa, estos gastos abarcan desde compras a mayoristas (29%) hasta servicios digitales y suministros de oficina (12%), viajes (18%), combustible (10%) y mejoras en las instalaciones (9%).
La nueva generación de empresarios en el sector de las pymes representa una oportunidad vital para construir y liderar la economía del futuro. Aunque valoran la atención presencial, un sorprendente 68% mantiene su cuenta principal en un banco tradicional. Sin embargo, dedican el 63% de su tiempo a canales digitales, a diferencia del 37% que prefieren las interacciones presenciales. Este comportamiento evidencia la necesidad de crear experiencias híbridas, fusionando la eficiencia de la tecnología con la cercanía y confianza que ofrecen las interacciones físicas.
Un ejemplo ilustrativo es el de Marta, quien inició su negocio vendiendo mochilas en las playas del Caribe colombiano. Al principio, su sueño se financió a través de préstamos familiares y de proveedores. Sin embargo, cuando esos recursos ya no fueron suficientes, Marta dio el paso decisivo de acercarse al banco. A pesar de no contar con estados financieros formales ni historial crediticio, comenzó a formalizar su negocio al aceptar pagos digitales y utilizar tarjetas empresariales, lo que le permitió crear un registro claro de sus ingresos y egresos. Esta trazabilidad facilitó que los bancos entendieran el verdadero flujo de caja de su negocio, y comenzó a ganar confianza, lo que se tradujo en acceso al crédito necesaria para expandir su comercio.
Hoy por hoy, Marta exporta sus sombreros a Ecuador, México y Perú. Gracias a su tienda virtual y al uso de tarjetas empresariales, ha logrado gestionar sus pagos con eficacia y seguridad. Su historia, aunque singular, representa el desafío y la superación que muchas pymes en América Latina y el Caribe enfrentan.
Al reconocer la importancia de apoyar a las pymes en su crecimiento, Visa ha adoptado un enfoque proactivo. No solo se trata de ofrecer acceso a herramientas financieras; se requiere un verdadero acompañamiento para que estas empresas prosperen, fortalezcan su posición en el mercado y alcancen su máximo potencial. El primer paso es su inclusión en el sistema financiero, seguido de la implementación de herramientas como tarjetas físicas o virtuales, soluciones de aceptación digital y plataformas de lealtad.
El verdadero cambio llega cuando se establece una asociación estratégica con las pymes. Al observar la forma en que utilizan sus recursos, Visa puede entender mejor sus necesidades, ofreciendo crédito justo y servicios de asesoría que faciliten la toma de decisiones inteligentes.
En un contexto donde la economía se digitaliza rápidamente, es claro que cuando las pymes prosperan, toda la región avanza junto a ellas.
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