El proceso de transición hacia prácticas más ecológicas y sostenibles se ha convertido en una estrategia clave para enfrentar los desafíos derivados de la elevada informalidad en Latinoamérica. Según un estudio global, esta transición verde podría ofrecer una gran oportunidad para abordar las deficiencias estructurales que caracterizan a la economía informal en la región.
El informe destaca que la informalidad laboral, que afecta a un gran porcentaje de la población latinoamericana, está estrechamente relacionada con la falta de prácticas sostenibles en las empresas y en la sociedad en general. La transición hacia un modelo más verde no solo implicaría la adopción de tecnologías limpias y energías renovables, sino también la creación de empleos formales y la incorporación de prácticas laborales más justas y equitativas.
Además, el estudio señala que la transición verde podría contribuir a reducir las desigualdades sociales y económicas al incentivar la innovación y el desarrollo de industrias más limpias y eficientes. Asimismo, se resalta la importancia de políticas públicas que promuevan la sostenibilidad y que fomenten la formalización del empleo, con el fin de garantizar un impacto positivo en la calidad de vida de la población.
En este sentido, resulta evidente que la transición verde no solo representa un cambio ambiental, sino también una oportunidad para reconfigurar las estructuras económicas y sociales en Latinoamérica. No obstante, se requiere de un compromiso conjunto por parte de gobiernos, empresas y sociedad civil para lograr una verdadera transformación que beneficie a toda la región.
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