Tras el terremoto en Turquía y Siria y el rescate de víctimas, las autoridades gubernamentales iniciarán los trabajos de reconstrucción, por lo que maquinaria pesada se encuentra ya realizando el levantamiento de escombro de las estructuras colapsadas por el sismo de 7.8 grados, el pasado 6 de febrero, lo que pudiera durar hasta cinco años.
En este sentido, se informó que en el último balance de víctimas mortales asciende a casi 44.000, aunque la cifra que podría aumentar según avancen las labores de desescombro de las estructuras derrumbadas, bajo las que ya no hay casi esperanza de hallar supervivientes.
De igual forma, el temblor impactó directamente a unos 13 millones de personas, de las que, solo en Turquía, 1,2 millones viven ahora desplazadas en refugios y 400.000 han sido trasladadas a otras provincias. “Ahora el gobierno turco y el sirio tienen que elaborar un censo de afectados para conocer quién ha perdido qué, y qué ayuda va a necesitar y por cuánto tiempo”, explica Francisco Rey, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH).
En tanto, las organizaciones de Naciones Unidas y ONG también realizan coordinadamente su labor de análisis de la situación, es lo que llaman “evaluación de necesidades” mediante entrevistas con la población para decidir qué asistencia van a proveer.
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