El sábado, en un mitin en Latrobe (Pensilvania), Trump llamó al gobernador de Florida “Ron DeSanctimonious”, haciendo un juego de palabras con su apellido y la palabra sanctimonious, que significa beato o mojigato. DeSantis, que tiene casi garantizada la reelección como gobernador este martes, suena como probable candidato republicano a las elecciones presidenciales de 2024. Nadie duda de que si Trump no participase, daría el paso y sería el favorito. Con el expresidente en escena y su ascendente sobre la base del Partido Republicano, las cosas no son tan fáciles.
El hecho de que este domingo Trump participase en un mitin con el senador Marco Rubio y otros candidatos republicanos en Florida, pero que DeSantis diese a la vez otro mitin en paralelo ya era una señal de cómo ambos se miran con desconfianza y se han distanciado. Por eso se esperaban con algo de morbo las intervenciones de ambos este domingo, pero ambos han evitado enfrentarse.
Trump solo ha citado una vez a DeSantis, y sin mote: “En dos días, el pueblo de Florida va a reelegir al maravilloso, al gran amigo mío, Marco Rubio como senador. Y vais a elegir a Ron DeSantis como vuestro gobernador”. Era el primer minuto del mitin y ya no ha vuelto a ser citado. DeSantis tampoco ha contestado a Trump. Ha dedicado todos sus ataques al presidente, Joe Biden, potencial rival para 2024, pero del otro partido, aunque algunas referencias, como su gestión de la pandemia podrían ser indirectamente entendidas como una crítica a Trump.
Con sus 21,5 millones de habitantes, Florida se ha consolidado como un Estado rojo, el color republicano, e indispensable para la carrera presidencial de ese partido. Tanto Rubio como DeSantis tienen casi garantizada la reelección este martes.
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