Por Carlos Aguilera Rue
En los estacionamientos, aulas, baños y oficinas se filtra el “cáncer” en la UAEM-Morelos; desde hostigamiento sexual hasta feminicidios, pasando por tráfico de drogas y otros tipos delictivos que se cometen cada minuto. Todos saben quiénes son los criminales, sin embargo, hay miedo y tedio entre la comunidad universitaria, y nadie los denuncia. La omisión se convierte en complicidad.
Además de lo anterior, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) tiene una deuda con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) que supera los 300 millones de pesos por un endeudamiento histórico en la evasión del pago al Impuesto sobre la Renta (ISR); hace algunos días la autoridad fiscal congeló 40 millones, lo que pone a la máxima casa de estudios en un grave problema financiero; los jaloneos para el pago de aguinaldo iniciaran en horas, sin embargo, hemos comprobado que el depósito se hace más tarde que temprano, luego de las presiones ejercidas por los sindicatos.
Hoy también los planteles de la UAEM se han convertido en escenarios de crímenes, abusos sexuales, robo de vehículos, venta de droga, hostigamiento, homicidios y violencia generalizada registrada, tanto al interior como exterior; La comunidad universitaria es rehén de la delincuencia en el transporte público y como cada año, en esta temporada se incrementan los asaltos por el circulante de dinero.
A 71 años de haberse instaurado oficialmente como Universidad del Estado de Morelos, luego de la publicación de su Ley Constitutiva y Reglamentaria en el Periódico Oficial “Tierra y Libertad”, la máxima casa de estudios enfrenta una de sus peores crisis en su operación y administración, aunado a esto, el alto índice delictivo y la incrustación de células de la delincuencia organizada, sin que hasta el momento, autoridad alguna detenga el flagelo delictivo.
Integrantes de células delictivas aprovechan la gran afluencia de personas, tanto estudiantes, docentes, personal administrativo y de operación, principalmente en el Plantel Chamilpa para mezclarse entre la comunidad universitaria y promover la venta de droga, así como la comisión de delitos, como el robo de vehículos, secuestros y demás.
La rectora de la UAEM, Viridiana León Hernández, quien se convirtió en la primera mujer en encabezar a la institución, ha sido rebasada. Los estudiantes le exigen, promueva ante las autoridades federales, estatales y municipales, mayor seguridad, y amenazas en retomar acciones de resistencia civil si continúan los hechos delictivos en el interior, exterior y transporte público.
En los 90s, el entonces procurador General de Justicia del Estado de Morelos, Carlos Peredo Merlo llamó “la isla de la impunidad” a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) debido a los hechos delictivos que se cometían, principalmente en el plantel Chamilpa y que ni se perseguían, y mucho menos se denunciaban. El funcionario decía que la máxima casa de estudio utilizaba su autonomía para contener el ingreso de autoridades y que conocieran de los hechos que se registraban, como el robo calificado y el tráfico de drogas.
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