Las aterradoras imágenes salidas desde Ucrania en los últimos días, con decenas de civiles asesinados a sangre fría y abandonados en las calles, han llevado a la Comisión Europea a lanzar este martes las primeras sanciones contra la energía rusa. De momento será una prohibición de las importaciones del carbón por valor de 4.000 millones de euros anuales, pero se trata de un primer paso que abre la puerta a golpear el petróleo y el gas, las verdaderas máquinas de generar dinero de un jugoso sector que suma dos tercios de las importaciones desde Rusia del bloque comunitario.
La propuesta de la Comisión, que aún necesita contar con el visto bueno de los Veintisiete, llega tras un tira y afloja entre las capitales para atacar un ámbito muy sensible, al que se resistían países como Alemania y Austria. La presión de los últimos días, con los cadáveres de Bucha y otras ciudades de las afueras de Kiev, en Ucrania, aún frescos en la memoria, ha terminado por doblegar la resistencia.
Queda la incógnita de saber si Hungría, cuyo Gobierno recién reelegido es próximo al Kremlin, se opondrá a la decisión: hasta ahora había expresado su reticencia a incluir la energía en las represalias. Pero el Ejecutivo comunitario lleva semanas negociando y tomando la temperatura a los socios comunitarios, y todo hace prever que habrá calibrado el margen con el que cuenta para que las medidas salgan adelante sin arriesgarse a encontrar un veto por parte de algún Estado miembro.
“Hoy proponemos dar un paso más en nuestras sanciones”, ha asegurado este martes la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, al anunciar la propuesta. Durante la alocución ha recordado “las espantosas imágenes de Bucha y otras zonas de las que las tropas rusas han salido recientemente”. Ese, ha asegurado, ha sido el motor que ha puesto en marcha este quinto paquete de represalias. “Las haremos más amplias y más agudas. Para que corten aún más la economía rusa”, ha añadido antes de anunciar que se corta el flujo de carbón de Rusia a la UE, pero que esto es solo una primera piedra en el camino: “Estamos trabajando en sanciones adicionales, incluso sobre las importaciones de petróleo”, ha zanjado.
El nueve paquete sancionador, que se anuncia tres semanas después de que fuera aprobado el último, el pasado 15 de marzo, toca también más sectores y sus líneas maestras han sido avanzadas por Von der Leyen y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, el mismo tándem de líderes europeos que ha anunciado que tiene intención de viajar a Kiev esta semana.
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