En la película Interestelar, dirigida por Christopher Nolan, los astronautas que viajan a planetas desconocidos se congelan para evitar el envejecimiento y sobrevivir durante cientos de años. Un mecanismo similar se repite en Abre los ojos, el famoso filme de Alejandro Amenábar en el que César, el protagonista, es congelado después de sufrir un accidente para intentar revivirlo en el futuro.
Este proceso de criogenización, que consiste en preservar a los seres vivos por largos periodos de tiempo a bajas temperaturas y es propio de la ciencia ficción, es el mismo que ha permitido que un animal multicelular conocido como rotífero bdeloideo haya sobrevivido congelado durante más de 24.000 años, según reveló un estudio publicado recientemente en la revista científica Current Biology.
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Una vez descongelado, este organismo microscópico pudo reproducirse en un proceso llamado partenogénesis, en el que las células sexuales femeninas no son fecundadas por el macho, sino que el óvulo se segmenta por sí mismo y logra desarrollarse en un nuevo ser sin que haya sido fertilizado por un espermatozoide.
Stas Malavin, investigador del Laboratorio de Criología del Suelo del Instituto de Problemas Fisicoquímicos y Biológicos en Ciencias del Suelo de Rusia y primer autor del trabajo, cuenta por correo electrónico que este rotífero, encontrado en las capas de suelo permanentemente congeladas del Ártico de Siberia, vivió al mismo tiempo que los mamuts lanudos. Él y sus colegas utilizaron la datación por radiocarbono para determinar la edad del rotífero recuperado.
“Nuestro informe es la prueba más convincente de que a día de hoy los animales multicelulares podrían soportar decenas de miles de años en criptobiosis, el estado en el que el metabolismo se detiene casi completamente”, afirma Malavin. Y añade: “En el futuro podríamos preservar organismos con sus órganos intactos casi para siempre, pero para eso necesitamos estudiar cómo lo hace la naturaleza”.
Los animales multicelulares podrían soportar decenas de miles de años en criptobiosis, el estado de metabolismo casi completamente detenido
El científico ruso cuenta que los rotíferos bdeloideos son “como gusanos diminutos, pero con cabeza y pies”, que se mueven y se alimentan usando los cilios o pestañas que a menudo forman dos pequeñas ruedas, “de ahí el nombre latino rotífero”, explica Malavin. Estos pequeños animales miden alrededor de medio milímetro y pueden vivir en el musgo, los charcos de lluvia o en cualquier cuerpo de agua dulce del planeta, desde el Ártico hasta el trópico. De acuerdo con el investigador, se alimentan de bacterias y materia orgánica en descomposición.