En los rincones de México, más allá de lo común, se esconde un destino que sorprende: la “Capilla Sixtina zapoteca”, un monumento del arte colonial que espera a los viajeros en San Jerónimo Tlacochahuaya, a tan solo 23 kilómetros al sureste de la ciudad de Oaxaca. Este pueblo de significativas raíces zapotecas combina historia, arte y tradiciones, convirtiéndolo en un lugar ineludible para quienes buscan sumergirse en la riqueza cultural de la región.
El Templo y Ex Convento de San Jerónimo, cuyo origen se remonta al siglo XVI, es una joya arquitectónica que fusiona el barroco europeo con elementos del arte indígena, reflejando la creatividad de sus artistas locales. En su interior, encontrarás un órgano histórico de fuelle, uno de los más antiguos de México, que añade un elemento sonoro único a las ceremonias y conciertos celebrados en el lugar.
Los vibrantes murales del templo, que exhiben motivos florales, simbologías prehispánicas y elementos religiosos católicos, han motivado su apodo como la “Capilla Sixtina zapoteca”. Cada rincón del templo es un testimonio del talento de los pintores indígenas que lo ornamentaron, con un techo que atrae la mirada por su intrincada pintura de ángeles y querubines entre motivos de naturaleza.
El ambiente en Tlacochahuaya es enriquecido por festividades que celebran una fusión de creencias ancestrales y tradiciones católicas. En septiembre, la Fiesta Patronal en honor a San Jerónimo llena las calles con calendas, procesiones, jaripeos y la colorida quema de toritos, ofreciendo una experiencia festiva rebosante de alegría.
No solo su arquitectura y tradiciones hacen de este sitio un lugar notable; Tlacochahuaya es también un espacio donde la comunidad preserva su identidad. El Museo Comunitario ofrece a los visitantes la oportunidad de acercarse a la lengua zapoteca y la música tradicional, además de disfrutar del arte plástico local. Caminar por sus calles empedradas es sumergirse en un entorno auténtico que invita a todos a participar de su rica herencia cultural.
Para quienes desean visitarlo, San Jerónimo Tlacochahuaya es de fácil acceso. Situado a aproximadamente 25 kilómetros al este de la ciudad de Oaxaca, se puede llegar en automóvil tomando la Carretera Federal 190 en dirección a Tehuantepec, o en transporte público, con opciones de autobuses y camionetas colectivas que parten desde la terminal de segunda clase en Oaxaca.
La entrada al templo es gratuita, aunque se agradece una cooperación voluntaria para su conservación. Este destino se presenta como la opción ideal para aquellos que busquen complementar una visita a los cercanos sitios arqueológicos de Mitla y Yagul, o al tradicional mercado de Tlacolula, siendo un verdadero hallazgo para los amantes del arte y la historia.
En un mundo en constante búsqueda de autenticidad, San Jerónimo Tlacochahuaya abre sus puertas a los visitantes, ofreciendo una experiencia única que entrelaza pasado y presente, tradición y espiritualidad. Una invitación a descubrir y conectar con las raíces culturales que México tiene por ofrecer.
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