Existen 24 millones 600 mil personas que están excluidas del mercado laboral. Lo que se traduce a que una de cada tres personas está desempleada o no tiene posibilidad de buscar trabajo por realizar labores domésticas o de cuidado, señaló la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
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De acuerdo con los resultados de su Semáforo de Trabajo Digno. Elaborado a partir de datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi. Este segundo grupo está conformado mayoritariamente por mujeres, lo que representa un 95 por ciento a nivel nacional.
En palabras de Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de la organización, esto se traduce en un incremento en la desigualdad de género en el mercado laboral. Que pone a las mujeres ante barreras como la exclusión económica, la precariedad laboral y el doble trabajo.
Los resultados del semáforo también revelaron que existen 35 millones 300 mil personas con trabajo precario. Es decir que carecen de seguro social e ingreso suficiente para la canasta familiar o ambos; mientras que sólo 9 millones de personas tienen un trabajo mínimamente formal y decente con condiciones mínimas.
“El semáforo de trabajo digno en México está en rojo, porque las personas con trabajo formal son menos de la quinta parte del total de las personas ocupadas, porque las personas con trabajo precario son casi cuatro veces más que las que tienen las condiciones mínimas, y porque las personas excluidas son casi la tercera parte de la población productiva potencial”, dijo.
Respecto a los principales impactos laborales de la pandemia señaló que estos tienen que ver con el número de personas desempleadas. Que sumó en un año tres millones de personas, llegando a 10.8 millones de personas, o la subocupación que creció 2.6 millones llegando a 7.3 millones en 2021.
“Esto no lo creó la pandemia, esto ya estaba mal estructuralmente desde antes de la pandemia, la pandemia solo lo agravó, solo lo complicó”, dijo.
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Por ello entre las propuestas para pasar a un semáforo verde la organización pide impulsar el mercado interno en equilibrio con las exportaciones. Crear una nueva política de remuneraciones hasta lograr un salario digno, activar los nuevos mecanismos de defensa del trabajo y el nuevo modelo de protección social universal incluyendo al Sistema Nacional de Cuidados, así como la inclusión transversal de agenda del trabajo digno en otras agendas.
“Necesitamos un cambio de paradigma, necesitamos reordenar el sistema laboral, necesitamos poner los derechos laborales como parte del esfuerzo de crecimiento económico, de productividad, de innovación, de desarrollo. Sin derechos laborales no hay desarrollo”, sentenció.