A las primarias a la alcaldía de Nueva York, que concluyen este martes, concurren en la práctica 13 candidatos demócratas y dos republicanos. De ellas saldrá el que con gran probabilidad será elegido alcalde en noviembre, en unos comicios en los que Wall Street ha instado activamente a sus empleados e inversores a participar.
Está en juego la recuperación económica tras la pandemia, cuando la ciudad presenta una tasa de paro que dobla la media nacional (un 10,9% frente al 5,8%), si bien distritos como el Bronx rondan el 15%. Por eso la economía, junto con el repunte de la violencia armada, ha monopolizado la campaña.
Ante la irrelevancia de los republicanos en una ciudad demócrata hasta la médula -hay 500.000 votantes republicanos registrados, frente a tres millones de demócratas-, el nombre del futuro regidor saldrá de entre los ocho demócratas con más posibilidades, tan dispares entre sí que cuesta encontrar un denominador común partidista. Por eso Nueva York es también, de algún modo, banco de pruebas del futuro para el Partido Demócrata.
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De todos ellos, la suerte se decidirá según las encuestas entre Eric Adams, presidente de Brooklyn y expolicía; Andrew Yang, excandidato de las primarias demócratas a la Casa Blanca en 2020 y sin experiencia política; Kathryn Garcia, gestora municipal con puestos de responsabilidad en la Administración de Bill de Blasio, el alcalde saliente, y Maya Wiley, abogada de derechos civiles, exconsejera de De Blasio y con potentes apoyos en la facción más izquierdista del partido, como los de Alexandria Ocasio-Cortez o Elizabeth Warren. Otros aspirantes en su día punteros, como Shaun Donovan, exresponsable de Vivienda con Barack Obama, y, sobre todo, Scott Stringer, ex auditor de cuentas de la ciudad sobre el que pesan acusaciones de acoso sexual, han perdido fuelle, pero siguen en liza.
El favorito según los sondeos es Adams, un expolicía que aún porta su arma y pretende convencer a los votantes de que es el único capaz de atajar el pico de criminalidad que experimenta la ciudad. Sus más directos rivales también han enarbolado la amenaza de la inseguridad.
Garcia, por ejemplo, propuso en el tramo final de la campaña un paquete de medidas para retirar de la calle miles de armas y un plan de empleo juvenil para evitar que los jóvenes sin expectativas engrosen las bandas, protagonistas de la mayoría de los sucesos. El 2 de mayo, el número de incidentes registraba un incremento del 80% con respecto al año anterior.