A pesar de la situación de la pandemia por Covid-19 , que el número de contagios aumenta y que cada día se elevan las cifras de fallecimientos por el virus en el puerto de Acapulco se percibe un comportamiento social contrario a lo que recomiendan los especialistas.
Este fin de semana miles de vacacionistas provenientes de la Ciudad de México aglomeraron las playas de la bahía sin cumplir con los protocolos sanitarios, necesarios para evitar contagios de Coronavirus .
Sin guardar la sana distancia o cumplir con el uso del cubrebocas, ajenos a tragedia que rodea a este destino de playa por la tercera oleada de casos positivos que se reportan a diario, disfrutan el momento y aplican oídos sordos a las recomendaciones que les da el personal de Protección Civil.
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En un ambiente de fiesta, los vacacionistas ingieren bebidas alcohólicas, sin importarles en lo más mínimo usar el cubrebocas, como si no fuera suficiente la lección que dio la naturaleza en las primeras oleadas de padecimientos.
Es el mismo caso en Caleta y Caletilla , en la zona Tradicional , donde los promotores del desorden pululan y se resisten acatar las recomendaciones de las autoridades.
Lo cierto es que el nivel de conducta autodestructiva en Acapulco es de tamaño ciclónico y por ende aún con la vigilancia de las autoridades no podrá frenarse si la sociedad sigue instalada en las bases de la anarquía y desobediencia.
De poco sirve el exhorto que a través de un megáfono hace un empleado de Protección Civil, quien pide a los vacacionistas a cumplir con las medidas sanitarias, pero nadie lo escucha, e incluso, lo invisibilizan, lo que representa las reducidas expectativas de que no contraigan el virus, el cual ha infectado a más de 56 mil personas.