El pasado 14 de junio, la cadena de televisión alemana RTL sacó un comunicado que conmocionó a millones de telespectadores. “En otoño, RTL vuelve a buscar talentos y reinventa por completo Das Supertalent [la versión germana de Got Talent]. No solo el jurado, sino también los presentadores serán renovados: Daniel Hartwich y Victoria Swarovski ya no estarán”.
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A Victoria Swarovski (Innsbruck, Austria, 27 años), hija de Paul Swarovski y heredera del imperio de joyería familiar, la noticia no parece haberle afectado mucho. Leyó el comunicado en Marbella (Málaga) e inmediatamente publicó unas fotos suyas en Instagram acompañadas por una frase: “Mi onda ahora mismo es simplemente vivir la vida”, contó la joven desde la cubierta de un yate anclado en Puerto Banús.
La salida de Swarovski del programa Das Supertalent consternó a sus admiradores. La heredera cuenta con una brillante carrera en el mundo del espectáculo desde que, cuando tenía tan solo 16 años, conquistó al público alemán en su primera aparición en la televisión de ese país, interpretando el tema Get Gone. Desde 2016, su rostro no ha dejado de aparecer en las pantallas de los hogares germanos. Swarovski es también cantante pop, un campo en el que le gustaría triunfar, como explicó en su página web: “Quiero hacer realidad mi gran sueño, tener éxito con mi música y dar conciertos por todo el mundo. Estoy dispuesta a renunciar a muchas cosas y a trabajar duro para conseguirlo. También quiero inspirar a la gente y ser un buen modelo a seguir”.
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Swarovski empezó a perseguir su sueño cuando tenía solo 12 años y estaba interesada en grabar un disco. A pesar de su corta edad, decidió escribir un largo correo electrónico a will.i.am, cantante del grupo Black Eyed Peas y productor, entre otros, de la cantante Fergie, en el que le preguntaba con ingenuidad qué tenía que hacer para sacar un álbum.
Tres años más tarde, Swarovski paseaba con su madre en un mercado austriaco cuando reconoció a Mario Barth, un famoso cómico y presentador alemán. La joven vio su oportunidad y se puso a cantar en voz alta. “Se dio la vuelta y me dijo: ‘Chica, sabes cantar y tienes muchos cojones para hacer esto”, contó Victoria sobre sus comienzos. “Mario Barth me ayudó y fue una especie de mentor”.