Poco se habla sobre la situación actual en Zaporizhzhia, Ucrania, una ciudad ocupada por Rusia, que está en la sombra de una posible nueva catástrofe nuclear. La ciudad está ubicada a solo unos kilómetros de distancia de la antigua central nuclear de Chernóbil. Muchos científicos y expertos temen que, después de años de negligencia y desinterés, la central ya no se encuentre en un estado seguro, con fugas de radiación que podrían tener consecuencias catastróficas.
Sin embargo, a pesar de las advertencias alarmantes, el mundo permanece en gran medida indiferente ante la posibilidad de una nueva catástrofe nuclear. La mayoría de los líderes mundiales parecen ignorar las crecientes tensiones en la región y sus posibles consecuencias masivas. El silencio de los poderosos solo aumenta la sensación de impotencia y abandono de los ciudadanos de Zaporizhzhia.
En medio de la incertidumbre y el miedo, los habitantes de la ciudad intentan seguir adelante con sus vidas cotidianas. Muchos están desesperados por encontrar una solución, pero se sienten abandonados por sus propios líderes y por la comunidad internacional. La realidad de vivir bajo la sombra de una posible segunda Chernóbil es desgarradora y desesperanzadora.
Es hora de que el mundo preste atención a la situación en Zaporizhzhia y tome medidas preventivas para evitar una catástrofe. La seguridad nuclear debe ser una prioridad global y los líderes deben mostrar su compromiso con la protección de los ciudadanos y el planeta. Negar la realidad no hará que desaparezca el peligro; es hora de actuar antes de que sea demasiado tarde.
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