Cada día, solicitantes de asilo LGTBI en Sudáfrica deben enfrentarse a una realidad cotidiana llena de violencia y discriminación. Desde el principio de la travesía, la situación de los miembros de la comunidad LGTBI es difícil en un país que, a pesar de tener una constitución que les reconoce los mismos derechos que a cualquier persona, padece en la práctica una gran homofobia.
Según las Naciones Unidas, las personas LGTBI son un grupo importante de solicitantes de asilo. Nunca podrán volver a sus países de origen porque han sufrido discriminación y, en algunos casos, han sido perseguidos de forma violenta o incluso fueran penalizados por su orientación sexual o identidad de género. Pero, a menudo, una vez que alcanzan Sudáfrica, se enfrentan a nuevas formas de discriminación.
Las condiciones que esperan a los solicitantes de asilo LGTBI a su llegada a Sudáfrica son abruptas: la falta de trabajo, la violencia y la marginación. Una gran cantidad de miembros de la comunidad LGTBI que buscan asilo en Sudáfrica se ven obligados a vivir en las calles, sin medios, rodeados de peligros y sin ningún tipo de estabilidad.
Los solicitantes de asilo que son víctimas de violencia sexual señalan que en la calle viven “situaciones muy difíciles”, como, por ejemplo, la prostitución. La discriminación laboral y la pobreza extrema los llevan a la asociación criminal, pues no hay apoyo social a las actividades relacionadas con sus derechos.
Con el propósito de ayudar a los solicitantes de asilo LGTB a superar el hostigamiento, el Center for Victims of Torture (CVT) ofrece apoyo a los más vulnerables para evitar que se vuelvan invisibles, y ayudarles a vivir con seguridad y dignidad. Además de un espacio seguro, el CVT ofrece recursos para el autoempleo y ayuda a encontrar trabajo o vivienda.
Las organizaciones civiles sugieren que se necesitan mayores recursos de ayuda para que los solicitantes de asilo LGTBI puedan obtener el estatus de asilo y derechos que les corresponden como ciudadanos del mundo.
En conclusión, la situación de violencia y discriminación que enfrentan las personas LGTBI en Sudáfrica puede continuar una vez que llegan para solicitar asilo. Las organizaciones civiles siguen luchando para que se reconozca sus derechos y ayuda a los más vulnerables para evitar explotación y marginalización. La comunidad LGTBI enfrenta nuevos desafíos y luchas en un mundo que aún no entiende que todos los seres humanos merecen los mismos derechos.
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