En los últimos dos años el paisaje de las unidades deportivas en Morelos ha cambiado, el estado y municipios han multiplicado las inauguraciones y rehabilitaciones, pero persiste la sensación de que muchas obras son parches si no se garantiza mantenimiento y gobernanza a largo plazo. Lo que antes eran canchas baldías o pistas en ruinas hoy lucen renovadas en varios municipios, aunque la cobertura y la calidad siguen siendo disparejas.
En cifras concretas, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) impulsó proyectos en Morelos que incluyen la construcción o recuperación de decenas de espacios; uno de los programas registró más de 40 obras y recursos por millones de pesos para municipios con rezago. Además, el gobierno estatal anunció planes y acciones para intervenir unidades deportivas en comunidades prioritarias. Aunque los municipios más cercanos a Cuernavaca o zonas con mayor infraestructura han sido beneficiados, en comunidades rurales o municipios con menor presupuesto los espacios deportivos siguen abandonados o con intervenciones mínimas; en muchos casos los ciudadanos demandan que se les consulte y que participar en el cuidado del espacio, para que sientan “propiedad” del lugar, lo cual mejora su uso, limpieza y cuidado. Hay denuncias públicas, a nivel estatal, de mal uso de recursos en obras públicas, y si la ciudadanía no confía en cómo se ejercen los fondos, la participación y apoyo disminuyen.
Las obras recientes han dejado mejoras palpables como instalación de pasto sintético, alumbrado en canchas, núcleos sanitarios y gimnasios al aire libre en varias unidades. En Jiutepec y Yautepec, por ejemplo, se han entregado canchas rehabilitadas que permiten la reactivación de ligas locales y actividades escolares. Sin embargo, técnicos y usuarios advierten que muchas intervenciones resuelven el problema inmediato, pero no el ciclo de abandono; drenajes sin mantenimiento, luminarias que se apagan al poco tiempo y bancas que se deterioran siguen siendo recurrentes.
Muchas rehabilitaciones se han hecho, pero sin un plan sustentable de mantenimiento, los espacios vuelven a deteriorarse. Limpiar, reparar filtraciones, cambiar luminarias y atender los daños menores requiere recursos humanos y financieros constantes.
La gestión de estos espacios involucra al Instituto del Deporte de Morelos (INDEM), secretarías estatales, ayuntamientos y programas federales como Sedatu. Esa multiplicidad permite la financiación, pero también complica la rendición de cuentas y la operación cotidiana. ¿Quién paga la luz y la limpieza?, ¿qué dependencia programa el mantenimiento preventivo? Funcionarios estatales han presentado planes de intervención, pero en la práctica la responsabilidad del día a día recae en los municipios o en la comunidad, con resultados desiguales.
“Antes no podíamos ni entrenar; el pasto estaba lleno de hoyos. Ahora los niños vienen todos los días, pero la vigilancia falta por las noches”, dice Jaime Ruiz, entrenador de fútbol infantil en una unidad rehabilitada de Jiutepec. Ana López, atleta de pista de un municipio rural, comenta: “La pista se arregló, pero después de unos meses apareció desgaste en las líneas y nadie ha repintado. Falta una calendarización de mantenimiento”. Estas experiencias se repiten en entrevistas con deportistas y vecinos de distintos municipios. (Testimonios recogidos por este diario).
Mantenimiento sostenible: la inversión inicial es alta, pero sin contratos de mantenimiento o presupuestos municipales asignados las obras pierden su vida útil rápidamente.
Equidad territorial: municipios cercanos a Cuernavaca y con mayor influencia política han recibido más recursos; las comunidades rurales aún esperan intervenciones profundas.
Seguridad y operatividad: la falta de iluminación permanente, vigilancia y horarios claros limita el uso nocturno y genera problemas de vandalismo en algunos casos, pero hay experiencias positivas como la reapertura de la Unidad Deportiva Atlihuayán, en Yautepec, que demuestra cómo la coordinación entre gobierno estatal y municipal puede generar un espacio multifuncional (fútbol, box, atletismo), que además será sede de eventos regionales; esa convergencia potencia el uso comunitario y la visibilidad pública. Asimismo, programas de becas y apoyo a deportistas buscan vincular infraestructura con desarrollo deportivo estatal.
Para que las mejoras sean duraderas, especialistas y dirigentes comunitarios proponen establecer convenios claros de operación entre estado y municipios que incluyan presupuesto para mantenimiento; promover comités ciudadanos que se involucren en la custodia y limpieza; así como transparentar contratos y obras para evitar desconfianza en el ejercicio de recursos públicos. Si se combinan inversión, gestión y participación social, Morelos podría convertir las unidades deportivas rehabilitadas en centros culturales y preventivos de riesgo social, no sólo en espacios eventuales de exhibición política. ¿Y qué se puede pensar si el encargado funcionario responsable en el sexenio anterior, Germán Villa, ganaba 53 mil pesos de sueldo y se le acaba de ver manejando un vehículo de cinco millones de pesos? Lo más grave es que no se hace nada para hacer que regresen el dinero que se roban, la fiscalía anticorrupción no funciona y los diputados mantienen a sus cuates, no a profesionales honestos y verdaderos.
En este nuevo gobierno ya se han abierto planes estatales de recuperación y dignificación de espacios deportivos en abandono. Se proyecta que muchas unidades deportivas sean intervenidas con mejores condiciones de luz, equipamiento y estándares de seguridad.
Las comunidades con rezago urbano, municipios que tradicionalmente han tenido menor acceso a inversión en infraestructura deportiva son lugares donde Sedatu y el gobierno estatal deben de enfocar sus recursos, pero no sólo la cancha, sino servicios complementarios como baños, gradas, alumbrado y accesos, para hacer los espacios funcionales, seguros y atractivos para quienes quieran usarlos; se necesita seguridad, instalación de pararrayos, revisión estructural, buen drenaje, etc. La gobernadora lo ha subrayado, pero ahora dependerá de quién lo haga y quién lo supervise.
Los espacios deportivos en Morelos se encuentran en una encrucijada, muchas instalaciones lucen deterioradas y con serias deficiencias, pero esperemos que haya voluntad gubernamental y apoyo de distintos órdenes (municipal, estatal, federal) para rehabilitarlos y mejorar su administración. El desafío ahora es garantizar que esas mejoras sean duraderas, equitativas y transparentes para que verdaderamente beneficien a todas las comunidades del estado, y que la contraloría funcione y no siga siendo un mero membrete. ¿No cree usted?