En diferentes partes del país, miles de abuelitos hacen largas filas durante horas para poder cobrar su pensión en los bancos del bienestar. Esta situación ha generado inconformidad y malestar en los adultos mayores, quienes se preguntan por qué deben esperar tanto tiempo para recibir un derecho que les corresponde.
La falta de organización y de personal en estos bancos ha sido una de las principales causas de las largas filas. Muchos ancianos se ven obligados a esperar bajo el sol y sin acceso a baños, alimentos ni agua. Además, la pandemia ha empeorado la situación al limitar el acceso de personas en los bancos y reducir el número de ventanillas disponibles.
Los abuelitos han expresado su preocupación por estas condiciones, ya que muchos de ellos sufren de enfermedades crónicas o tienen problemas de movilidad que los hacen más vulnerables. Algunos han pedido que se implementen medidas más efectivas para reducir las filas, como la asignación de citas o la instalación de más sucursales.
Es importante recordar que estas pensiones son un derecho adquirido por los adultos mayores a través de su trabajo y aportaciones al sistema. Es responsabilidad del país garantizar que estos derechos sean cumplidos de manera justa y digna. Los bancos del bienestar deben mejorar sus políticas y procedimientos para que los abuelitos puedan recibir su pensión de manera segura y eficiente.
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