El Museo Maya de Cancún, inaugurado en 2012 y ubicado estratégicamente cerca de la zona hotelera y del sitio arqueológico de San Miguelito, ha atraído en su trayecto a alrededor de 60,000 visitantes anuales. Sin embargo, a casi 13 años de su apertura, el recinto enfrenta retos significativos que comprometen su funcionamiento y la conservación de sus valiosas colecciones.
Según Juan Manuel Garibay López, coordinador nacional de Museos y Exposiciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el museo opera “óptimamente en áreas esenciales de cuidado y atención patrimonial”, pero reconoce que es imperativo emprender acciones en la museografía. Especialistas del INAH han alertado sobre problemas infraestructurales que afectan el espacio, especialmente desde hace más de siete meses.
Uno de los problemas más alarmantes es la inoperancia del sistema de aire acondicionado que, al ser esencial para la conservación de piezas arqueológicas provenientes de Quintana Roo y Yucatán, representa un riesgo inminente para su preservación. La única medida de ventilación disponible, abrir las puertas, no resulta suficiente para mitigar las altas temperaturas constantes de la región. Entre las piezas que están en peligro se encuentra un incensario de Palenque que, tras ser restaurado debido a grietas, enfrenta nuevamente la amenaza de deterioro.
La falta de presupuesto para el mantenimiento ha generado una preocupación adicional. Además, el museo se enfrenta a problemas de accesibilidad, como la inoperancia del elevador y el mal estado de los servicios sanitarios, lo que repercute negativamente en la experiencia de los visitantes, incluidos aquellos con discapacidad.
El 4 de septiembre, durante una charla del epigrafista maya David Stuart, más de 250 asistentes fueron testigos de las deficiencias del recinto, ya que el aire acondicionado no funcionó y el evento tuvo que trasladarse a un patio por el calor sofocante. Este tipo de situaciones subraya la urgencia de establecer un plan de acción eficaz.
Garibay López enfatiza que, aunque se están implementando mejoras como la seguridad de las colecciones y la atención a las condiciones de oxidación, se requieren soluciones más profundas y sostenibles para el museo. La coordinación del INAH está trabajando en propuestas que incluyen el desarrollo de estrategias para la conservación de los espacios.
El Museo Maya de Cancún, una de las instituciones más jóvenes dentro del ámbito museístico mexicano, ha cultivado un interés considerable por su arquitectura moderna y la conexión con el entorno arqueológico. No obstante, su operatividad depende de proyectos que se autorizan anualmente, lo que añade una capa de complejidad a su gestión.
El legado museístico de Cancún tiene sus raíces en 1982 con el Museo Arqueológico, que sufrió destrucción tras el huracán Gilberto en 1988 y, pese a sus esfuerzos de reconstrucción, no pudo evitar el cierre en 2004 tras nuevos desastres naturales. La apertura del Museo Maya de Cancún en 2012 fue un paso importante, no obstante, sus retos actuales demandan atención y recursos para garantizar su correcta operación y la conservación de su invaluable patrimonio cultural.
Es esencial mantener un seguimiento a la situación del museo, pues su desarrollo no solo es vital para la historia y el patrimonio de México, sino que también enriquece la experiencia de los turistas y la comunidad local. La información presentada corresponde a la fecha de publicación original (2025-09-24).
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