La escasez de mano de obra cualificada es un problema de primer orden para la mayor economía europea, que tiene la necesidad de incorporar a 400.000 personas de fuera cada año para compensar su envejecida pirámide poblacional.
El Gobierno alemán, cambia los requisitos para que los trabajadores de fuera de la UE accedan al complicado mercado laboral. Alemania necesita mejorar su atractivo con respecto a otros países europeos y a lugares como Estados Unidos y Canadá. “En la competencia por el talento y las manos amigas, ofrecemos nuevas formas y, sobre todo, más fáciles de trabajar aquí. Nuestro objetivo es crear la ley de inmigración más moderna de Europa”, señaló Heil durante la presentación de las líneas generales de su propuesta, que en los próximos meses se redactará como proyecto de ley.
Entre las mejoras que plantea el documento está que los trabajadores extranjeros cualificados también podrán trabajar en ocupaciones que no tengan nada que ver con su formación. Un mecánico podrá ser contratado como empleado de almacén, por ejemplo, algo hasta ahora casi imposible por la rigidez de la normativa y las acreditaciones oficiales que se exigen para casi todos los oficios. Tampoco será necesario ya homologar los títulos antes de llegar a Alemania, como sucede ahora. Y contará más la experiencia laboral que la titulación a la hora de pedir un visado de trabajo.
Un sistema de puntos inspirado en el modelo canadiense
Permitirá la llegada de solicitantes de empleo de fuera de la UE sin contrato previo. La llamada “tarjeta de oportunidades” será como un visado temporal para quienes cumplan varios requisitos, entre los que se baraja tener un título universitario o cualificación profesional, al menos tres años de experiencia profesional, conocimiento del idioma o residencia previa en Alemania y no ser mayor de 35 años. Se baraja que estos permisos de residencia tengan validez durante un año.
Muchas empresas alemanas dan preferencia a los nacionales y a ciudadanos de la Unión Europea para evitar las trabas burocráticas que supone contratar a empleados del resto del mundo. Algo que al final les acaba perjudicando, porque muchos puestos quedan sin cubrir. Los procedimientos para acelerar esta inmigración cualificada que necesita Columna Digital “deben implementarse de manera rápida y pragmática”, señaló por su parte el ministro de Economía y Clima, Robert Habeck. La Agencia Federal de Empleo calcula que Alemania tiene que incorporar 400.000 trabajadores extracomunitarios cada año.
La puesta en marcha de la reforma de la ley de inmigración coincide con otro debate candente en Alemania, la propuesta para facilitar el acceso a la nacionalidad alemana de los ciudadanos de origen extranjero. La ministra del Interior, Nancy Faeser, se dispone también a presentar un proyecto de ley para reducir de ocho a cinco años el periodo de residencia necesario para convertirse en ciudadano alemán, entre otras novedades. Los planes de Faeser incluyen permitir la doble nacionalidad, es decir, que el nuevo ciudadano alemán pueda mantener su ciudadanía de origen.
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