Un español, con independencia de su acento, puede hablar con Alexa, el asistente virtual desarrollado por Amazon, sin problemas de comunicación. Después puede mandar un mensaje o escribir un mail a través de las plataformas de Google con cierta garantía de que ambos sistemas le corregirán los errores ortográficos, ahora también los gramaticales, y si necesita traducir una profesión los resultados incluirán ambas opciones de género. Y cuando tenga que redactar un documento en Word, el procesador de textos de Microsoft le ofrecerá soluciones a dudas semánticas.
Estas tres empresas están enseñando a las máquinas que funcionan con inteligencia artificial a hablar en correcto español gracias al proyecto Lengua Española e Inteligencia Artificial (LEIA) de la RAE, las 22 academias hermanas en todo el mundo, Telefónica y las tecnológicas que desde hace dos años, cuando se presentó esta idea, se han sumado a la iniciativa.
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“Nací programada para aprender, lo que necesito es que seáis mis profesores”, dice una voz femenina. El género que se ha elegido para las máquinas que usan inteligencia artificial, en la campaña publicitaria de LEIA. Estos sistemas. El reto que se han propuesto es que los algoritmos que se usan para la inteligencia artificial no tengan el inglés como su primer idioma, sino que partan de “un lenguaje universal y natural”. “Hemos dado el salto con modelos para que las máquinas puedan aprender con las palabras”, ha afirmado Alonso, al mismo tiempo que ha reconocido que hasta ahora se entrenaba a los algoritmos “con datos masivos sin revisión previa, sin hacer análisis de que se usara un español correcto”.