Los bancos centrales en América Latina han incrementado sus tasas de interés en los últimos meses en un intento por contener la inflación que aqueja a gran parte del mundo. Ahora, a partir del anuncio de la Reserva Federal estadounidense, surge como foco de atención una segunda dimensión de la política monetaria en Latinoamérica: evitar fuertes salidas de capital extranjero.
El miércoles, el presidente de la Fed (como se le conoce a la Reserva Federal), Jerome Powell, fue claro: “El comité se inclina por subir las tasas de interés en la reunión de marzo, suponiendo que se den las condiciones adecuadas para hacerlo”. La Fed congeló el precio del dinero en ese país para estimular la economía durante la pandemia y hoy se enfrenta a una inflación de 7%, la más alta desde 1982. Para contenerla, tendrá que subir la tasa de interés. Esto tiene preocupados a los países latinoamericanos, explica Alfredo Coutino analista especializado en la región de Moody’s Analytics.
En los últimos meses, Chile y Brasil han reaccionado con grandes y aceleradas alzas en sus tasas de interés. La tasa en Brasil es de 9,25%, la más alta en la región (a excepción de Argentina). El miércoles, Chile subió su tasa en 150 puntos base (es decir, en 1,50%) hasta alcanzar 5,5%. Esta es, también, la tasa objetivo en México. El próximo viernes, el Banco Central de Colombia anunciará su decisión de política monetaria e inversores internacionales esperan una subida. El banco de inversión Mizuho, por ejemplo, pronostica un alza de 75 puntos base, hasta alcanzar una tasa de 3,75%.
La tasa “es un factor que incluye sobre el mercado cambiario a través de la competitividad que genera en los instrumentos nacionales instrumentos financieros nacionales”, dice Coutino. Chile, Brasil, Colombia, Perú y México, cinco de las más grandes economías latinoamericanas con bancos centrales independientes, colocan deuda gubernamental que ofrece un rendimiento en línea con la tasa referencia del banco central. Cada país, además, tiene una percepción de riesgo distinta, en base a la solidez de su sistema financiero, su estabilidad política y sus perspectivas macroeconómicas.
Una tasa más alta en EE UU hace los bonos del Gobierno allá más atractivos. “Si la Reserva Federal sube y genera volatilidad en los mercados financieros y el Banco de México, por ejemplo, no actúa, México se hace más riesgoso, porque ese diferencial de tasas lo que va a generar, no solamente es que el mercado de bonos en México se va a hacer menos competitivo, sino que se van a salir los capitales y se van a salir en dólares”. añade. Es así como se depreciaría la moneda. La próxima decisión de política monetaria del Banco de México será el 10 de febrero, aunque el banco puede convocar a reunión de su Junta de Gobierno fuera de las fechas programadas para decidir sobre la tasa de interés de referencia.
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