Han sido 21 meses de formación y entrenamiento, sometidos a toda clase de pruebas de autocontrol y de valoración de toda clase de riesgos, más de 300 candidatos, máximo estrés y nervios de acero. Una suerte de Gran Hermano en medio de una pandemia, con 14 finalistas de los que se quedaron seis. que se incorporarán próximamente al grupo. La inspectora Ana S. E., de 42 años, es la única mujer que ha conseguido acceder a la última promoción de técnicos especialistas en desactivación de artefactos explosivos y nucleares, radiológicos, biológicos y químicos (Tedax-NRBQ), la unidad de artificieros de élite de la Policía Nacional, con 320 miembros destinados por toda España. Del total, solo 14 son mujeres, la primera de las cuales accedió al puesto en 1990. Los tedax han desactivado más de 7.000 artefactos reales desde 1975.
“Disciplinada”, “responsable”, “perseverante” de nacimiento, Ana S. E. asegura que los terroristas aprenden muy rápido. “Antes casi siempre eran atentados con bombas, ahora nos preparan para nucleares, radiológicos, biológicos, químicos (NRBQ), ahí se está poniendo el énfasis y eso es lo que más me interesa”, señala. “Nuestro único objetivo es neutralizar el artefacto, erradicar el problema”, sentencia.
Han sido 1.550 horas de Física, química, electrónica, biología, radiología, telecomunicaciones o meteorología. Los nuevos integrantes de los Tedax se preparan a conciencia en Madrid y luego en Linares (Jaén), donde hacen las prácticas: ejercicios, simulacros o prácticas reales. Ana S. E. es licenciada en Biología, con la especialidad de genética, y ha pasado ya por las unidades policiales de Seguridad Ciudadana, por calabozos, por la Policía Científica en la especialidad de ADN cuando ya aprobó para inspectora, pero esto es otra cosa: “Aquí solo estás tú, el problema tienes que resolverlo sola tú, no hay nadie más y vas a ciegas porque nunca sabes lo que te vas a encontrar”, describe desde su puesto en Sevilla. Está a la espera de incorporarse a su nuevo destino después meses preparándose fuera de casa, marcados por las prácticas de “manejo de material, circuitería y electricidad, cuidados tácticos en combate, recogida de muestras biológicas, destrucción de municiones y desminado”, enumera.