El índice nacional de precios al consumidor (INPC) en México aumentó un 4.9 por ciento en la primera quincena de enero, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este repunte fue impulsado principalmente por el alza en los precios de algunos productos agropecuarios, así como por el incremento en las tarifas de gas doméstico LP y gasolina de bajo octanaje.
El INEGI también señaló que la inflación subyacente, que elimina del índice general los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, aumentó un 3.8 por ciento en el mismo periodo. Este indicador es importante porque ayuda a medir la tendencia de la inflación a mediano y largo plazo.
El aumento en la inflación ha generado preocupación entre los analistas, ya que podría impactar en el poder adquisitivo de los consumidores y en la toma de decisiones de política monetaria. La Junta de Gobierno del Banco de México ya ha advertido que la inflación se encuentra por encima de su objetivo del 3 por ciento, lo que podría poner en riesgo la estabilidad de precios en el país.
Por otro lado, el repunte en la inflación también podría generar presiones adicionales en los precios de bienes y servicios, lo que a su vez podría impactar en las expectativas de inflación a futuro. Este escenario podría resultar en un aumento en las tasas de interés por parte del Banco de México, con el fin de contener la inflación y mantener la estabilidad macroeconómica.
En resumen, el repunte en la inflación durante la primera quincena de enero refleja la presión en los precios de algunos productos, lo cual podría tener implicaciones tanto en el consumo como en la política monetaria en el corto plazo.utschein_code: new-4957-embed
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