Autor refleja la rabia de una era.

El autor e historiador Jesús Vargas Valdés ha lanzado su libro más reciente, una obra que busca rescatar la memoria de Armando Gaytán, un guerrillero que, en los años 70, luchó por la justicia en México. Este relato no solo se centra en la figura de Gaytán, sino que da voz a una generación de idealistas que enfrentó la represión y la desigualdad en un contexto de inestabilidad política.

En su libro, Vargas Valdés se esfuerza por comprender a aquellos jóvenes que arriesgaron su vida en busca de un país más justo, buscando evitar tanto la nostalgia como la exaltación de la violencia. “No me costó trabajo asumir este papel de narrador y oyente,” comenta, recordando su propio paso por la activismo, donde participó en la formación de colonias populares y en la democratización del sindicato minero en Santa Bárbara, Chihuahua. Su experiencia personal, incluida una desaparición forzada junto a su esposa, le proporciona una perspectiva única sobre las vivencias de otros jóvenes que también lucharon por sus ideales.

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El libro fue presentado recientemente en la Feria Internacional del Libro (FIL) Zócalo Ciudad de México. A través de sus páginas, Vargas Valdés entrelaza los testimonios de Gaytán, de sus hermanas, y de otros familiares, creando un relato íntimo que surge de la memoria colectiva marcada por el silencio eterno de los desaparecidos. Según el autor, es fundamental narrar no solo los hechos violentos, sino el impulso que llevó a estos jóvenes a creer en la posibilidad de justicia. “Eran hijos de campesinos, maestros o estudiantes, personas comunes que actuaron cuando el país cerró sus puertas,” afirma.

El autor, quien ya había explorado en obras anteriores el contexto de insurgencia en el norte de México, destaca que la guerrilla de Madera no nació del modelo cubano, sino de un movimiento agrarista que, durante años, fue una respuesta al caciquismo y a la desigualdad que persistieron tras la Revolución Mexicana. La historia no solo está marcada por los nombres de aquellos que lucharon, sino también por aquellas mujeres que han mantenido viva la memoria de los desaparecidos, como Laura Elena Saldívar, quien representa a muchas madres que no cesan en su búsqueda de justicia.

A lo largo de esta investigación, Vargas Valdés también destaca la figura de Raúl Peña, un médico que llevó pensamiento crítico a su comunidad. Su enfoque humanitario e integrador es un recordatorio de que la lucha no siempre se libra con armas, sino también a través de la salud y la educación.

El autor concluye que el país aún tiene muchas cuentas pendientes, especialmente en lo que respecta a la memoria histórica de aquellos años tumultuosos. “La violencia se repite cuando se calla,” dice, enfatizando la necesidad de continuar el diálogo y la reflexión sobre el pasado.

La obra, resultado de ocho años de investigación, se presenta como un homenaje a una generación que soñó con un cambio profundo y que sigue llamando a las nuevas generaciones a reconocer que la lucha por la justicia es más valiosa que la búsqueda de poder. Es un recordatorio de que detrás de cada historia de lucha hay una humanidad que merece ser recordada y entendida.

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