El Marco de Jerez, reconocido a nivel mundial, se distingue por sus vinos inigualables, que combinan tradición y modernidad en una perfecta armonía. En este contexto se encuentra Bodegas Vinariam El Carmen, una bodega que se atreve a reinterpretar el legado vinícola centenario desde sus raíces, ubicándose en el prestigioso Pago de Macharnudo Alto, conocido por su suelo de albariza y su rica historia vitivinícola.
Al frente de esta inovadora iniciativa se encuentra Borja Mateos, quien promueve una filosofía que prioriza el control total desde la cepa hasta la botella. Este enfoque implica trabajar exclusivamente con uvas Palomino Fino cultivadas en sus propias tierras, lo que resulta en una impresionante gama de vinos que abarca fino, amontillado, oloroso y cream, caracterizados por su pureza y la clara expresión del terroir. Los vinos de Vinariam son elaborados a pie de viña, enfatizando el papel del velo de flor, convirtiéndolo en una declaración de intenciones que refleja la esencia misma del Marco de Jerez.
Una de las características destacadas de Vinariam es su trazabilidad. Desde el viñedo en el Pago de Macharnudo Alto hasta la botella en la que se presenta el vino, cada paso sigue un proceso meticuloso, garantizando la autenticidad del producto. La bodega, situada en el corazón de Macharnudo Alto, no solo se enfoca en la recolección y elaboración, sino que también se dedica a la crianza de soleras, garantizando un cuidado excepcional en cada fase de producción.
La Palomino Fino es, sin duda, la única variedad empleada por la bodega, que aprovecha al máximo su potencial en sus 18,5 hectáreas de cultivo. La selección cuidadosa de las parcelas y el manejo de los mostos son determinantes para decidir qué vinos se destinarán a los distintos estilos. Este proceso permite crear un abanico diverso que va desde los finos, que se alcoholizan a 15 grados, hasta los olorosos, con una graduación de 18 grados.
El concepto de pago juega un papel central en la producción de vinos en este marco, y Vinariam se enorgullece de su capacidad para elaborar y criar sus vinos dentro de su propio pago. La composición del suelo, rica en carbonato cálcico, arcilla y sílice, es ideal para el cultivo de uvas sanas y equilibradas. Con una orientación estratégica hacia el oeste, la bodega está protegida de los vientos adversos, lo que contribuye a la creación de vinos frescos, intensos y con gran complejidad aromática.
La crianza bajo el velo de flor implica decisiones cuidadosas que influyen en el estilo de cada vino. Gracias a la orientación de la bodega, los finos de Vinariam poseen características excepcionales, integrando frescura y mineralidad que los distinguen, especialmente en comparación con otras áreas del Marco.
En un momento donde muchos productores apuestan por enfoques minimalistas y vinos estáticos, Vinariam se mantiene fiel a su identidad, optando por un estilo de crianza tradicional que enfatiza la importancia del tiempo en el proceso. Con una producción limitada, la bodega se enfoca en la calidad de sus vinos, que llevan al consumidor a valorar el origen y la singularidad de cada botella.
El equipo de la bodega, conformado por tres personas que toman todas las decisiones, se dedica a un manejo cuidadoso de la viña. La vendimia es 100% manual, promoviendo una recolección que respeta la tradición y las particularidades de cada parcela. Además, la aplicación de prácticas orgánicas en el cultivo resulta en uvas de excelente calidad, esenciales para la elaboración de sus vinos.
Con el creciente interés por la transparencia en el etiquetado, Vinariam se compromete a ofrecer un mensaje claro: lo que el consumidor disfruta es un vino elaborado desde una única viña y bodega, destacando su trazabilidad y el proceso de crianza. Este enfoque los posiciona como una bodega que busca atraer a un perfil de consumidor que prioriza la calidad y la autenticidad en cada botella.
La visión de futuro para Vinariam incluye el crecimiento de sus soleras y criaderas, con la intención de aumentar su producción mientras se mantiene firme en los principios de calidad y autenticidad que los caracterizan. Así, esta bodega continúa cimentando su identidad en el Pago de Macharnudo, haciendo que la experiencia de degustar un vino de Vinariam sea singular y única.
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