Un desarrollo preocupante se ha desatado en el comercio internacional, específicamente entre Brasil y Estados Unidos, con importantes implicaciones para la industria cárnica brasileña. En días recientes, se observó que alrededor de 30,000 toneladas de carne de res brasileña estaban en puertos listas para su envío al mercado estadounidense o ya en ruta hacia el país, justo cuando el presidente Donald Trump anunció la imposición de un arancel del 50% a productos brasileños, comenzando el 1 de agosto de 2025.
Ante esta nueva realidad, algunos envíos de carne de res fueron redirigidos a otros destinos, como México, mientras que otros continuaron su trayecto hacia Estados Unidos, en medio de la incertidumbre sobre cómo manejar la nueva carga impositiva. Roberto Perosa, presidente de la Asociación Brasileña de Industrias Exportadoras de Carne (Abiec), advierte que la industria podría enfrentar un impacto negativo de aproximadamente 1,000 millones de dólares, como consecuencia de la pérdida de cerca de 200,000 toneladas de exportaciones a Estados Unidos que estaban previstas para el semestre.
Los números son elocuentes. Entre enero y junio de este año, Brasil logró exportar 181,500 toneladas de carne de res a Estados Unidos, generando ingresos por 1,040 millones de dólares. Perosa menciona que las exportaciones se movían entre 15,000 y 25,000 toneladas mensuales, con una expectativa de alcanzar 400,000 toneladas al final del año. Lamentablemente, el nuevo recargo señala que los costos de envío podrían aumentar hasta un 76.4%, lo que hace inviable la continuidad de las ventas al mercado estadounidense.
Fuentes cercanas revelan que empresas clave, como JBS y Minerva, tenían cargamentos programados para Estados Unidos, y en el caso de Minerva, ciertos envíos fueron desviados a México sin grandes impactos en los costos logísticos. Además, la planta empacadora de carne de Astra se vio forzada a devolver parte de su carga.
Pese a esto, hay una esperanza cautelosa entre las empresas involucradas: algunos creen que los envíos que lleguen tras la fecha de entrada en vigor del arancel podrían ingresar a Estados Unidos sin el nuevo impuesto, llevando a algunas a continuar con sus despachos.
En otro ámbito económico, la industria brasileña de celulosa ha experimentado una suerte diferente, ya que se incluida en una lista de excepciones al arancel, aunque otros productos forestales, como la madera aserrada, han sido gravados. La celulosa representa un importante componente del comercio con Estados Unidos, dado que Brasil es el principal proveedor de pulpa de eucalipto, esencial para la producción de papel tisú en ese país.
En 2024, Brasil exportó 1.8 millones de toneladas de pulpa de eucalipto a Estados Unidos, un volumen que es difícil de redirigir a otros mercados debido a la especificidad de sus productos y la escala de producción. Aunque esta celulosa es crítica para el sector estadounidense, la industria busca ajustar su estrategia ante la nueva realidad arancelaria.
El contexto es claro: la interacción entre Brasil y Estados Unidos está en una encrucijada, con el impacto inmediato en las exportaciones de carne de res y el futuro incierto de la celulosa, mostrando cómo cambios en la política comercial pueden tener efectos significativos en sectores enteros y en la economía global. La fecha de esta información, 30 de julio de 2025, se sitúa en un momento crucial en este debate comercial.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.