Nadie imagina la ebullición constante que se vive dentro de esta nave de apariencia tranquila en el polígono industrial de Fuenlabrada. El ruidoso zapateado de tantos bailaores ocupándola todo el día delata el flamenco que allí se practica, pero lejos está de desvelar en realidad todo lo que la creadora y bailaora María Pagés genera e inventa en este Centro Coreográfico que lleva su nombre, y que lidera junto a su pareja y cómplice El Arbi El Harti. Cuando el Ayuntamiento les cedió el espacio, hace apenas dos años, ya sabían que no querían convertirlo simplemente en la sede su compañía.
“Hemos nacido como una casa de flamenco que acoge todos los lenguajes de la danza e intentamos defender desde la periferia un modelo de acción coreográfica que construya paradigmas para el desarrollo de la danza”, asegura El Harti, que este miércoles, junto a Pagés estará presentando en el Círculo de Bellas Artes el documental de Daniel Verdín y el libro con fotografías de María Alperi y textos suyos, en el que recogen el proceso creativo de la coreografía El Paraíso de los Negros, último solo de María Pagés que, tras su estreno en Madrid, se bailará este verano en el Festival Grec de Barcelona. “Conocimiento que no se fija, se muere”, asevera el autor.
“El Paraíso de los negros es una obra de la pandemia”, define Pagés a su reciente unipersonal. “Cuando trabajas con tu compañía dedicas el esfuerzo a ellos, pero un solo es distinto. Te sitúa en tu espacio y en tu tiempo, te pone a prueba, revisa tu estado físico, emocional e interpretativo. Se hizo además en ese momento difícil, superando una tras otra todas las dificultades, y fue interesante poder registrarlo en un libro y un documental”