“Es muy auténtica, ¿no le ves la cara?”. Emocionada, Ana María Acosa interpela a los ojos de la Rocío Jurado de bronce que, sonriente y con bata de cola, reposa sobre la tumba de la artista Rocío Mohedano Jurado (Chipiona, 1940, 1944 o 1946 – Madrid, 2006). La jerezana ha venido a ese punto donde mito y persona mortal confluyeron hace ya 15 años con un cometido claro: “Vengo a pedirle, como madre, que interceda por su hija Rocío Carrasco desde el cielo”. Cada cual con su deseo y remembranza, familiares, amigos y seguidores de la más grande han homenajeado este sábado en Chipiona a la folclórica ante el aniversario de su fallecimiento.
En verdad, fue el 1 de junio de 2006, un día “curiosamente gris”, como recuerda el alcalde de la localidad gaditana y amigo de la cantante Luis Mario Aparcero, cuando la artista falleció en su casa de La Moraleja (Madrid). Sin embargo, la Asociación Cultural R. J. La Más Grande, presidida desde enero por Gloria Camila Ortega, tercera hija de Jurado, ha optado por celebrar este sábado su Día Internacional con una misa en el Santuario de la Virgen de Regla y sendas visitas al mausoleo de la artista en el cementerio de la localidad y al monumento que posee en la misma ciudad. “Hablamos, recordamos y nos contamos anécdotas”, ha asegurado Ortega nada más entrar al camposanto en una jornada bajo el lema “Rocío inmortal”.
A esa memoria común se ha entregado la propia Gloria Camila; su padre y viudo de Jurado, José Ortega Cano; los hermanos de la cantante, Amador y Gloria Mohedano; Rosa Benito, excuñada y trabajadora de la chipionera; Rocío y David Flores, sus nietos, hijos de Rocío Carrasco y Antonio David Flores. Y eso que los miembros más mediáticos de la familia presentes este sábado en Chipiona no lo han tenido fácil para desligar el homenaje de la polémica que los azuza, por su escasa relación con Carrasco, ausente en los actos, pero de nuevo de actualidad tras la emisión de un documental en el que han desgranado los episodios de maltrato al que asegura que la sometió exmarido. El silencio que han devuelto por respuesta todos los familiares cada vez que se les preguntaba por lo denunciado por la heredera universal de la artista no ha evitado que, al final del acto en el cementerio, una vecina haya gritado: “Yo soy Rocío Carrasco”.
Pese a que la exclamación —aplaudida por unas y censurada por otros entre el público presente— se ha viralizado en Twitter bajo el hashtag convertido en el trendic topic #LaMasGrandeNoSeToca, ha sido de las pocas manifestaciones públicas referidas en directo a la hija mayor de la artista. Distinto es lo que Chipiona llevan viviendo desde que, el pasado mes de marzo, comenzó la emisión del documental. “Creo que le hacía falta a Rocío contar la verdad para seguir viva — en referencia al nombre del programa— y la defiendo a tope. Hemos descubierto lo que muchos pensábamos”, ha asegurado Aparcero, sin entrar en más detalles familiares. El alcalde, acompañado de otros miembros de la Corporación Municipal, ha sido uno de los que ha estado presente en la misa en honor a Jurado celebrada en el santuario y que ha rebasado los límites de aforo establecidos por la pandemia. Chipioneros y visitantes han llenado bancos y pasillos del templo para seguir un oficio plagado de recuerdos de la artista, como la reproducción de la canción Jesús contigo, que ha emocionado a Ortega Cano.
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