Comida y cocina en barco siglo XVIII.

En la época del siglo XVIII, la comida en los barcos era algo muy distinto a lo que conocemos hoy en día. En ese entonces, las condiciones en las que se cocinaba y se almacenaba la comida eran bastante complicadas y no siempre se contaba con los ingredientes necesarios. Sin embargo, esto no impedía que los marineros y tripulantes pudieran disfrutar de comidas sustanciosas y hasta elegantes.

Uno de los protagonistas de la dieta en esos barcos era el bacalao. Este pescado salado y seco era fácil de almacenar y transportar, lo que lo hacía ideal para los viajes largos. Además, podía cocinarse de muchas maneras diferentes y se podía mezclar con otros ingredientes para crear platos variados y sabrosos.

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Otro ingrediente muy común en esa época era el bizcocho. Este alimento era una especie de pan deshidratado que podía durar meses sin estropearse. Era uno de los alimentos básicos en cualquier viaje en barco, ya que era fácil de almacenar y transportar y se podía comer solo o combinado con otras cosas.

Para añadir un poco de sabor y variedad a los platos, los marineros usaban encurtidos y conservas. Estos alimentos también eran fáciles de almacenar y transportar y podían añadir una dosis de acidez o dulzor a los platos.

Finalmente, no podemos dejar de mencionar el vino. Aunque puede parecer un lujo, el vino era una bebida básica en los barcos del siglo XVIII. Además de ser una fuente de hidratación, también se creía que tenía propiedades medicinales y podía ayudar a prevenir enfermedades.

En resumen, la comida en los barcos del siglo XVIII era algo muy diferente a lo que conocemos hoy en día. Aunque las condiciones eran complicadas, los marineros y tripulantes contaban con una dieta rica y variada que incluía bacalao, bizcocho, encurtidos, conservas y vino. Estos ingredientes esenciales han dejado huella en la gastronomía de hoy en día y son un recordatorio de la inventiva y la creatividad de los marineros de la época.

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