Después de pasar 10 años preso y cuatro viviendo en la calle, Óscar González encontró su propósito en el Hogar de Cristo, un centro barrial que acompaña a personas con adicciones a distintas drogas, especialmente el paco —pasta base de cocaína (PBC). “En ese entonces, yo tomaba alcohol etílico y pastillas. Comía de la basura y vivía con las ratas. En una esquina de la Avenida 9 de Julio hacía malabares. Un día, hace más de 10 años, me robé una plata. Terminé con un tajo en la cabeza y la boca golpeada. De ahí me fui al Hogar, que está cerca de la villa 21-24, donde me recibieron con abrazos”, cuenta el hombre de 47 años.
La Federación Familia Grande Hogar de Cristo es una red de centros barriales creada por sacerdotes católicos que vivían en las villas de la Ciudad de Buenos Aires. El primer establecimiento se fundó en 2008 en la villa 21-24, una de las más pobres de la capital, con una misa de monseñor Jorge Mario Bergoglio, hoy el Papa Francisco. En este momento, la federación agrupa 190 espacios en 19 provincias de Argentina y ya ha ayudado más de 20.000 personas a tratar sus adicciones.
González cuenta que estuvo cuatro veces a punto de morir porque no tomaba las medicaciones que tenía indicadas. Además de su adicción y de tener VIH, contrajo tuberculosis. “Cuando Jorge Bergoglio se convirtió en Papa, yo estaba en terapia intensiva. Ese día recuerdo que dije que necesitaba una oportunidad más. En 2014, el Hogar de Cristo me mandó a Roma a ver a su Santidad, pensando que eran mis últimos años. Desde que volví de ese viaje mi vida empezó a cambiar. Me di cuenta de que si no tomaba mi tratamiento, no podía ayudar a otros”, cuenta.
Desde la organización observaron que el consumo de drogas en los barrios informales era un síntoma de un problema mucho más amplio de exclusión social. Muchos de los vecinos que se acercaban habitan en viviendas precarias, tienen un acceso inadecuado a los servicios públicos, sufren violencia, están desempleados y la respuesta estatal que reciben es insuficiente. “Todos los centros nacen a partir de una demanda de los barrios y comunidades que estaban sufriendo”, expresa Pablo Vidal, coordinador del área de adicciones de Cáritas Argentina y uno de los referentes de la federación a nivel nacional.