#CONCIERTO #CANTO | La cantante y compositora Atenea Ochoa ofreció este domingo un concierto dedicado a la patria grande, la lucha de las mujeres por la igualdad y la justicia, la solidaridad y el sufrimiento por la muerte de seres queridos.
El concierto titulado Canto de jacarandas en el Centro Nacional de Arte (Cenart) finaliza con un emotivo compromiso con un grupo de mujeres a las que aún se les niega la libertad y ahora utilizan el arte para reintegrarse a la vida social.
Ochoa dijo que al ser compositores “mostramos todo lo que somos. Estoy contenta de externar todas mis emociones. Desde niña me interesaba la poesía. Entré al terreno del arte a través de ella. Después empecé con la música”.
Su vida cantada
La cantante presentó seis de sus creaciones, que formarán parte de una próxima producción. Todas son una parte de la historia de su vida, dijo Ochoa.
En torno a Hay que vivir, la autora explicó que todos hemos pasado por pérdidas. “Hay veces que la ausencia de los seres amados te dejan una falta grandísima y te das cuenta de que, a pesar de ello, encuentras motivos para seguir luchando por tus sueños”.
Esta pieza fue acompañada con guitarra eléctrica que ofreció un fondo vital, casi bronco, al blues de Ochoa y su letra: “A veces no encuentro el sentido para caminar, a veces no tengo motivos para continuar”, y luego la exigencia: “Hay que vivir. Vas a morir. Mira tus manos hasta sentir”.
Sobre Jacarandas, Ochoa la dedicó a la Ciudad de México. Se inspiró en factores como la emoción que le produce el florecimiento de esos árboles en la capital; así como cuando las marchas feministas ganaron importancia. “Pensé que era una figura interesante pensar en la fuerza de las raíces de ese árbol, muy poderosas, como somos las mujeres”, añadió.
Otras de sus canciones exploran la idea de la muerte, el dolor y la ausencia. Ochoa bromeó: “No hago música porque me guste, sino porque no puedo pagar al terapeuta. La muerte es un tema que me apasiona. Hay veces que cuando alguien a quien amaste mucho ya no está, todo parece intrascendente”. Este relato precedió a la pieza Tú.
Uno de los puntos cumbre del concierto sucedió cuando interpretó su composición Carmen, dedicada a todas las mujeres e inspirada en la heroína independentista Carmen Camacho, quien robaba armas a los soldados realistas para dárselas a los insurrectos. “Lo mismo es para todas aquellas que luchan e intentan construir un mundo más justo cada día”.
La también compositora fue acompañada por Emmanuel Chopis Cisneros al piano, Aarón Cruz en el contrabajo, Mario Ochoa con la guitarra y en la batería Adrián Oropeza.
En el recinto, Arturo Morell, titular del Instituto de Reinserción Social de la Ciudad de México, mencionó que vio a Ochoa preocuparse desde muy joven por su entorno y trabajar con personas privadas de la libertad.
En la última parte, compartió el escenario con 16 mujeres que vivieron una experiencia de reclusión y que hallaron en el teatro y el canto una herramienta para expresarse y sanar sus heridas. Cautivaron al público con dos temas.
La primera, expresó con fuerza el canto coral: “Me dejaron cicatrices en el alma, no me importaría tenerlas en la piel. Atacaron donde más me lastimaban”. Seguida de una potente interpretación de Yo te nombro, libertad, de Nacha Guevara. Recibieron una larga ovación de pie.
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