Vivimos en una época en la que la inteligencia artificial ha permeado todos los ámbitos profesionales y personales, planteando interrogantes sobre su función como complemento o potencial amenaza ante diversas habilidades. El ámbito laboral no es ajeno a este fenómeno, y las inspecciones laborales son un claro ejemplo de cómo se puede aprovechar esta tecnología para mejorar la calidad y eficiencia en el cumplimiento normativo.
Recientemente, se presentó el Programa de Inspección Federal del Trabajo 2025, que busca implementar la inteligencia artificial como una herramienta estratégica. A través del Sistema de Inteligencia de Datos para la Inspección Laboral (SIDIL), se pretende desarrollar modelos de predicción que permitan identificar centros de trabajo con mayores riesgos de incumplimiento normativo. Esto marca un cambio significativo, ya que no solo se basa en la colaboración entre diferentes entidades del gobierno, sino que también potencializa la eficacia de las inspecciones.
A lo largo de la historia, ha existido una percepción de que el orden interno o cumplimiento normativo es un lujo exclusivo de las grandes empresas. Sin embargo, esto deja de lado la realidad de las pequeñas y medianas empresas (mipymes), que a menudo enfrentan grandes desafíos para cumplir con la compleja regulación laboral. Resulta común que una mipymes priorice actividades esenciales como el cobro de cuentas y el pago de nómina, relegando su atención a las múltiples obligaciones laborales y de seguridad social.
Es fundamental reconocer que cumplir con las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) es un reto significativo. La falta de conocimiento sobre la regulación y los recursos limitados para acceder a asesoría legal pueden llevar a incumplimientos que amenazan la viabilidad de las pequeñas empresas. Por ende, no se puede advertir la necesidad de cumplimiento sin considerar estas realidades prácticas.
A medida que se busca mejorar la productividad y los estándares de trabajo digno en el país, es crucial garantizar los medios necesarios para que el cumplimiento regulatorio no sea exclusivo de aquellos con amplios recursos. A mediano plazo, es imperativo proporcionar a las mipymes la información y herramientas necesarias para que el cumplimiento normativo se convierta en un beneficio pragmático.
Las pequeñas empresas suelen vivir en un estado de incertidumbre respecto a sus obligaciones laborales, conociendo solo parcialmente este marco regulatorio y operando al borde del riesgo de inspección. Las estadísticas indican que, eventualmente, muchas de estas empresas serán objeto de revisión laboral, y las sanciones que podrían enfrentar podrían resultar devastadoras para sus operaciones.
Por lo tanto, no basta con exhortar a las empresas a adoptar una actitud preventiva; es esencial que el cumplimiento se integre en el plan de negocios de cada empresa, independientemente de su tamaño. Este enfoque se basa no solo en un principio ético, sino también en una necesidad práctica. La sostenibilidad de una empresa se ve favorecida cuando se implementa un enfoque proactivo hacia el cumplimiento normativo, en lugar de esperar a abordar estos problemas de manera reactivamente.
Con la integración de herramientas de inteligencia artificial, es poco probable que alguna empresa logre estar completamente libre de inspecciones laborales. Por lo tanto, es fundamental actuar con responsabilidad hacia los trabajadores y hacia las metas empresariales.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.