Un convicto que previamente había atacado a una jueza reapareció en la corte con un bozal y encadenado, según informes recientes. El hombre, quien había sido sentenciado por agresión agravada contra la jueza en 2014, compareció ante el tribunal bajo estrictas medidas de seguridad.
El incidente ocurrió cuando el convicto intentó agredir a la jueza durante su audiencia de sentencia hace unos años. Ante esto, ahora se le exige que use un bozal y sea encadenado durante sus comparecencias en la corte como una medida de precaución.
El uso del bozal y las cadenas es una medida excepcional y se considera una acción extrema para garantizar la seguridad de los presentes en la corte. Sin embargo, las autoridades han tomado esta decisión basada en el comportamiento pasado del convicto, con el objetivo de evitar cualquier otro incidente violento.
Es importante destacar que estas medidas no son habituales, pero en casos donde un individuo demuestre un comportamiento violento o amenazante, pueden ser consideradas como una forma de protección para el resto de los presentes en la sala de audiencias.
En resumen, el caso del convicto que atacó a una jueza y que ahora comparece en la corte con un bozal y encadenado es un ejemplo de las medidas extremas que pueden tomarse para garantizar la seguridad en un entorno judicial. Estas acciones son tomadas con el fin de prevenir cualquier riesgo de violencia o agresión durante procesos judiciales.
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