Por Tamara Reyes Ibarra
Ya están aquí. La generación más grande de jóvenes y, son los centennials. Hoy, nos queda claro que deben ser una generación de líderes muy diferentes a las otras generaciones. Me congratula tener la oportunidad de escribir hoy, la columna de opinión de nuestra organización en conmemoración del Día Internacional de la Juventud, ya que, de hace unos años para acá, he podido observar cómo nuestra generación es completamente distinta a las generaciones de jóvenes que nos anteceden. Nuestra sociedad está cansada de todos aquellos pseudolíderes que han estado construyendo un “liderazgo de cristal”, basado en sus intereses personales. Hoy mencionan en distintos medios que nosotros somos la generación de cristal, pero en realidad somos la generación dispuesta a trabajar en colectivo y con una meta común. Somos una generación que ya no se queda callada y eso es algo que otras generaciones nunca hicieron.
Comenzamos a alzar la voz, pero no solo eso, empezamos a buscar soluciones, a actuar con trascendencia y, es por eso que, utilizando este espacio, me gustaría mencionar la característica que debemos tener como centennials. Debemos saber qué queremos; hacia dónde vamos; plantearnos metas a corto, mediano y largo plazo, metas personales y metas en colectivo; pensar cómo nuestras acciones podrían beneficiar o afectar a quienes nos rodean; pensar que todo lo que hacemos afecta nuestro día de mañana y el de todos. La característica primordial que debemos tener como líderes centennials es salud mental, estar bien con uno mismo para estar bien para los demás.
Estamos cansados de elegir pseudolíderes que, con un pequeño desbalance, dejan ir todo por la borda, que por recibir un poco más de dinero se convierten en ese sujeto que compra camionetas con precios garrafales siendo un servidor público y se pasea por las calles sin mirar a quien limpia su parabrisas y se le olvida por qué y por quién comenzó a ser un servidor público.
Como jóvenes centennials y emprendedores debemos comenzar a promover que nadie viva del erario público, que éste sea una remuneración razonable y que quizá emprendamos algunas otras cosas que nos permitan tener una estabilidad, aunque la estabilidad siempre vendrá toda vez que comencemos con nuestra salud mental.
Hoy, necesitamos mexicanos más humanos, y los jóvenes que comenzamos a descubrir nuestro liderazgo es lo que estamos haciendo, trabajar en colectivo porque nosotros sí creemos que la política puede ser diferente y vamos a cambiar el tan famoso discurso de “así es la política”, porque así no es, así la hicieron, y así no la queremos.
Lo que debemos repensar son las reglas del capitalismo donde la riqueza de unos será la pobreza de todos, pero si la riqueza viene del pueblo, no es riqueza, es robo. Como centennial, ¿qué vamos a defender?, ¿utilizar la política por utilizarla o realmente haremos las cosas diferentes?
Preocúpense todos aquellos que siguen sin creer en el poder de los jóvenes y comiencen a trabajar en colectivo, a trabajar realmente por quienes se hacen las cosas en nuestro país: por la gente y para la gente. Hoy, los jóvenes no solo se preparan para ser los líderes que nuestro país necesita, estamos investigando por donde no y por donde sí. Agradecemos todas las pruebas y errores que tuvieron otros líderes en el pasado porque a través de la lectura y la preparación, hoy somos la generación que nuestro país necesita y abriremos los espacios, y si no nos los quieren abrir, vamos a crearlos, porque estamos demostrando que sin padrinos, sin dinero, sin partidos, podemos lograr mucho más. Tenemos ganas y la responsabilidad es grande y, sin querer, nacimos con ella. Porque si no lo cambiamos nosotros hoy, ¿entonces quién?