La gestión del estallido social que acorrala al Gobierno de Iván Duque ha producido una ola de críticas externas e internas a la represión policial. Ese vendaval está lejos de amainar. La política de seguridad para sofocar las protestas que se han extendido por Colombia desde hace casi un mes ha puesto a tambalearse a otro miembro del Gabinete, el ministro de Defensa, Diego Molano. El Senado comenzó este lunes a debatir una moción de censura contra el político en momentos en que tanto la oposición como los manifestantes exigen su salida, mientras el Ejecutivo ha lanzado una ofensiva diplomática para intentar contrarrestar las críticas internacionales.
Molano le ha dado un “tratamiento de guerra” a la movilización social, en palabras de Iván Cepeda, uno de los senadores que citó del debate. El opositor lo acusó de ser “uno de los máximos responsables políticos de la cadena sistemática de crímenes de lesa humanidad” perpetrados por agentes de la fuerza pública. “Han convertido a los jóvenes en el enemigo interno del país”, aseguró Cepeda. En su intervención recordó episodios documentados, como el ataque de civiles armados contra manifestantes indígenas, sin que la policía interviniera, o la agresión de decenas de uniformados a defensores de derechos humanos, ambos en la ciudad de Cali, epicentro de la violencia. También hizo públicos centenares de videos, audios e imágenes de abusos en 35 ciudades de Colombia. Algunos de esos vídeos han inundado las redes sociales y alimentado la indignación ciudadana frente a la brutalidad policial.
“Una democracia que claudica ante los violentos se debilita”, sostuvo Molano al defender, a pesar de los señalamientos, que los uniformados han respetado la ley. “Aquí se les ha tratado como unos monstruos y son unos héroes”, dijo sobre los antidisturbios. El ministro asumió su cargo hace cuatro meses, en medio de un clima de deterioro de la seguridad que incluye el incesante asesinato de líderes sociales, ambientalistas y excombatientes de las FARC que firmaron el acuerdo de paz, así como un rosario de masacres y repetidos episodios de brutalidad policial que ya habían despertado la indignación ciudadana antes del estallido social del último mes. Los abusos han hecho resurgir con fuerza el aplazado debate sobre una reforma a fondo de las fuerzas de seguridad.
“Usted se vuelve corresponsable de una quiebra ética del Estado colombiano”, le espetó a Molano el senador Gustavo Petro, perdedor de la segunda vuelta presidencial de 2018 ante Duque. “La constitución de Colombia les prohíbe disparar a manifestantes pacíficos”, reclamó. Las fuerzas de oposición anticiparon su respaldo a la moción de censura, mientras que el Centro Democrático, el partido de Gobierno fundado por el expresidente Álvaro Uribe, defendió a los uniformados, que también han sido blanco de agresiones. Desde varias orillas condenaron todos los tipos de violencia. El Senado debe ahora esperar unos días antes de decidir si el ministro debe dejar su cargo, aunque se antoja improbable que sumen los votos suficientes para destituirlo. Este martes le aguarda un segundo debate de moción de censura en la Cámara de Representantes.
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