Mirar más allá del edificio escolar para ampliar espacios educativos a través del patio, la calle o el parque; y que esos espacios educativos ganados supongan, además de aumentar las posibilidades pedagógicas, beneficios en términos de salud y sostenibilidad. Esto es lo que se consigue con la renaturalización de los patios escolares según Mamen Artero Borruel, miembro del colectivo de arquitectos El Globus Vermell, cuyo objetivo es empoderar a las personas en la creación de entornos construidos más sanos y sostenibles. “Con la renaturalización de los patios se pretende transformar el patio de la escuela en un jardín, en un parque. En un espacio rico en texturas, sombras, y lugares para estar, hablar, jugar, soñar… Podemos renaturalizar con unas simples jardineras, como primer paso de una comunidad organizada con un propósito y una mirada holística sobre las implicaciones que comporta a nivel pedagógico, social, medioambiental, ecológico o en materia de salud”, explica.
Explica Carolyn Daher, coordinadora de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud del ISGlobal, que tener contacto con la naturaleza tiene múltiples beneficios a lo largo de la vida. “Tenemos evidencias científicas de que los niños que juegan en la naturaleza tienen de adultos una mejor salud mental y una mejor salud física a todos los niveles”. Por un lado, a nivel físico, un espacio natural posibilita, según la experta, una mayor actividad física, lo que permite cumplir más fácilmente las recomendaciones de la OMS en cuanto a ejercicio. En ese sentido, la OMS lanzaba en 2020 una nueva guía de actividad física con un lema muy claro: “Cada movimiento cuenta”. En la guía se ofrecen una serie de recomendaciones dirigidas a todos los grupos de edad para mejorar la salud. En el caso de niños y adolescentes se recomienda un promedio de 60 minutos al día. “No hay una fórmula que nos diga cuánto tiempo tienen que pasar en la naturaleza, pero sí hay una recomendación oficial en cuanto a la actividad física. Si queremos que cumplan esta recomendación sería muy positivo que fuera en entornos naturales por los beneficios que se suman”, sostiene Daher.
Para analizar la situación y los retos de esta transformación se celebraron los pasados 12 y 13 de mayo en Madrid las jornadas ‘Renaturalización de Espacios Educativos’ enmarcadas dentro del proyecto divulgativo Patios x el clima, que en línea con los objetivos para la lucha contra el cambio climático, busca proporcionar herramientas para el cuidado del medio ambiente desde los centros educativos a través de la transformación de sus espacios exteriores. Durante las mismas, diversas administraciones locales y autonómicas presentaron sus planes de acción desde la perspectiva de entender este cambio como una herramienta de transformación física y social caminando hacia la construcción de ciudades más resilientes. “Cada vez son más las administraciones –tanto autonómicas como locales– que apuestan por la revisión de las infraestructuras educativas y su espacio exterior para sumarlo a la infraestructura verde de sus ciudades”, sostiene Artero.
Por otro lado, el juego en entornos más naturales también tiene efectos en el ámbito de salud mental y cognitiva: “Supone un aprendizaje social y emocional, incentiva la curiosidad y tienen un impacto en materia de igualdad de género –los patios naturales suelen ser más inclusivos– y en la toma de conciencia a nivel comunitario y medioambiental. Además, aporta factores de protección y reduce los factores de riesgo al tener una mejor calidad del aire y menos ruido”.
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